Fisker se declara en bancarrota tras varios problemas de fiabilidad
El Fisker Ocean ha dado muchos problemas, y es muy probable que lo veamos fuera del mercado muy pronto.
Hace unos meses, España dio la bienvenida al que supuestamente sería uno de los grandes rivales de Tesla: el Fisker Ocean. Un SUV eléctrico con 564 CV de potencia y una batería de 113 kWh y 206 km/h de velocidad máxima alcanzable.
Sin embargo, pese a que estaba destinado a ser un coche de lo más prometedor, lo cierto es que ha recibido innumerables críticas desde que fue lanzado al mercado. Y no sólo en España, sino que también muchos clientes de Estados Unidos han mostrado su descontento.
Rebajas de hasta 50.000 euros
A comienzos de 2024, ya empezaron a surgir las primeras opiniones y rumores sobre la complicada situación financiera a la que se enfrentaba Fisker, la compañía de vehículos dirigida por Henrik Fisker. Y es que, a pesar de haber vendido miles de unidades del Fisker Ocean, lo cierto es que las cosas no salieron al pie de la letra.
Con el fin de tratar de salvar la situación, el pasado mes de junio anunciaron grandes descuentos, lo cual se percibió como una medida de lo más desesperada. En este caso, lo que hizo la firma fue ofrecer estos coches eléctricos a sus empleados por un precio de 20.000 dólares.
De esta manera, lo que quería conseguir la compañía era que se percibiese como una empresa de vehículos eléctricos de lo más asequibles en el mercado. Y lo cierto es que no había ninguna condición, es decir, sus empleados podían elegir el acabado que quisieran por sólo 20.000 dólares.
Pero claro, partimos de la idea de que, en Estados Unidos, el precio de partida era de 52.999 dólares, al mismo tiempo que el acabado Extreme y el One partían de los 61.499 y 68.999 dólares respectivamente. Es decir, si nos fijamos en este último, estamos hablando de una rebaja de 50.000 dólares.
Sin embargo, la realidad fue otra. Por mucho que ofrecieran una gran cantidad de descuentos, Fisker anunció que no haría “ninguna declaración sobre qué cobertura de garantía estará disponible en el futuro, incluyendo si estarán disponibles servicios, repuestos y/o actualizaciones…”.
En otras palabras… Si Fisker se declaraba en bancarrota, o si la empresa desapareciese, te quedas con tu coche, y no puedes optar a ningún tipo de servicio o reparación y actualización. Y esto, evidentemente, por mucha rebaja que hiciese, no llamó mucho la atención como se esperaba.
Problemas de fiabilidad y bancarrota
Como decíamos, el Fisker Ocean llegó al mercado para triunfar como una de las empresas de vehículos eléctricos que desafiaría a empresas como BYD o Tesla. Sin embargo, al poco tiempo de comenzar las entregas, fue cuando surgieron los primeros problemas de fiabilidad.
En este sentido, muchos clientes aseguraron que sus coches no sólo no cumplían con lo que Fisker prometía, sino que tenían innumerables problemas de fiabilidad. De esta manera, la mala fama le sobrepasó y ha sido así cómo ha ido quedando poco a poco en la sombra.
Pero esto no se queda aquí, ya que vuelven los problemas. Desde Estados Unidos, muchos clientes han reportado que sus Fisker Ocean presentan problemas con la bomba de agua. Con un fallo del sistema, esto puede provocar una pérdida considerable de potencia.
Fisker ha sido la encargada de lanzar el comunicado, y la compañía asegura que pronto iniciarán las reparaciones necesarias, aunque lo que no han especificado son los plazos ni tampoco las localizaciones. Pero lo que sí que ha anunciado Fisker, es que la empresa cubrirá todos los gastos de las bombas de agua.
Fisker está buscando financiación con el fin de salvar la compañía, pero los problemas se siguen sumando. Ahora son las puertas las que están presentado fallos, ya que los tiradores de éstas se atascan, de tal manera que impide abrir las puertas.
Esto ha afectado a un total de 3.806 vehículos en Europa, así como a 8.204 coches en Estados Unidos, y 513 en Canadá. En lo que respecta a España, pese a que llegó a estar en venta, no se han reportado matriculaciones, por lo que se espera que ninguno de esos vehículos defectuosos se hallen en territorio español.
Por supuesto, la reputación de la marca es prácticamente nula. Y ha sido la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA), la que ha asegurado que a día de hoy tiene cuatro investigaciones abiertas relacionadas con el Fisker Ocean.
Asimismo, pese a haber subcontratado a Magna Steyr para el desarrollo de parte del Fisker Ocean, y haber luchado por salvar la empresa, el pasado mes de junio Fisker se declaró en bancarrota, acogiéndose a la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
Las deudas, la falta de éxito comercial, los problemas de fiabilidad, y las obligaciones de pago, han sido algunas de las razones por las que probablemente dejaremos de ver a Fisker en el panorama automovilístico a nivel global.
Fisker pone a subasta sus coches entre 2.500 y 16.500 euros
Como era de esperar, las anécdotas no terminan, así como tampoco los problemas para Fisker. La empresa ha optado por vender su inventario restante de 3.231 vehículos eléctricos Ocean a una empresa de leasing por alrededor de 46 millones de euros.
El presunto comprador es American Lease, con sede en Nueva York (Estados Unidos), que inicialmente firmó un contrato por la adquisición de 2.100 Fisker Oceans pero que, finalmente, aumentó el pedido a 3.321 unidades.
Por lo que se conoce hasta ahora, el acuerdo aún está en proceso de aprobación judicial. Asimismo, en el expediente judicial que se ha presentado, se menciona un precio de 16.500 dólares por cada uno de los 2.711 vehículos eléctricos que se hallan en “condiciones de funcionamiento razonablemente buenas”.
El total de 351 vehículos restantes serán más baratos: se venderán por 3.000 euros cada uno. Así como algunos de los ejemplares dañados del Fisker Ocean se venderán por tan sólo 2.500 euros. Para entrar en esta categoría, el coche debe tener “daños o defectos mecánicos, cosméticos o de otro tipo que requieran reparación”.
Porque, aunque los precios parezcan un buen trato, Fisker ya ha dejado claro que no respeta ningún tipo de garantía, así como tampoco tiene obligación de realizar reparaciones, actualizaciones o ningún tipo de mantenimiento, como comentábamos en líneas anteriores.
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