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El motor V8 más premiado de la historia

motor V8 más premiado

12 premios al mejor V8 del año.

El motor sigue siendo el corazón y el alma del automóvil. Los hay de todo tipo: orientados al rendimiento, focalizados en la eficiencia, combinados con electrificación para cualquiera de los dos propósitos anteriores… Pero entre los cientos y miles de motores que han visto la luz a lo largo de los años, algunos destacan sobre el resto, como es el caso del motor V8 más premiado de la historia.

El formato de 8 cilindros en ‘V’ es de sobra conocido y suele ser sinónimo de modelos de alto rendimiento. Aunque su uso está bastante extendido en marcas de todo el mundo, su presencia es especialmente fuerte entre fabricantes estadounidenses, por lo que no es de extrañar que el referente en lo que atañe a premios pertenezca a uno de ellos.

Hablamos de Ford, que en su larga trayectoria ha creado múltiples bloques con esta configuración (valga como ejemplo el 5.0 V8 coyote que monta el Ford Mustang actual), pero de entre todos ellos el que más premios ha recibido es el conocido como Ford Modular V8.

Este propulsor, como su nombre indica, se trata de un motor que a lo largo de los años ha adoptado varias configuraciones, pero han sido las de 4,6 y 5,4 litros las que le han colocado como el motor más premiado de la historia.

 

Esto es según la lista de Ward’s Autoworld, que de manera anual elabora un listado con los que considera mejores motores del mundo atendiendo a cuestiones como rendimiento, fiabilidad, eficiencia, etc. Cada una de las dos variantes del Modular V8 ha sido premiada seis veces, por lo que con 12 premios en total es el V8 más destacado en este ámbito.

El propulsor tiene una trayectoria larguísima, puesto que empezó a utilizarse en modelos de la marca en 1990 y todavía a día de hoy sigue empleándose. 

En parte esto se debe a su configuración modular, que cuenta con diversas partes intercambiables, lo que hace que los costes sean más reducidos y que pueda adaptarse de manera bastante sencilla en función del vehículo al que tenga que dar vida.

En su desarrollo se han utilizado bloques de hierro y aluminio junto con cabezas de aluminio. La compañía estadounidense ha elaborado variantes con diferentes capacidades, desde 4,6 hasta 5,8 litros, e incluso llegó a desarrollarse un único V10 de 6,8 litros, que es la versión de mayor capacidad que se ha creado de este motor.

La versatilidad del formato ha hecho que se encuentre en modelos de lo más variados dentro de la marca.

Un ejemplo claro es el perenne Ford F-150, que lo montó entre 1997 y 2004 en una versión de 5,4 litros que desarrollaba 235 CV, y lo retomó más adelante en 2009, reduciendo su cilindrada a los 4,6 litros, pero logrando un mayor desempeño, pues entrega 292 CV.

También hizo gala de él el Ford Mustang GT de 1996, en la configuración más pequeña, con 4,6 litros, y un rendimiento más comedido, puesto que se quedaba en 215 CV.

El caso más notable, sin duda, es el del Ford GT de 2004. El superdeportivo confió en una variante 5.4 sobrealimentada del V8 modular, que estaba situado en posición central y que alcanzaba los 550 CV de potencia.

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