Estos son los cinco mejores motores de cuatro cilindros que han hecho las marcas japonesas en la historia
Propulsores que son obras de arte.
Los motores tetracilíndricos son, sin duda, los motores más utilizados en todo el mundo. Esto se debe a su versatilidad, que les permite dar forma desde a bloques fiables que parecen prácticamente indestructibles hasta a propulsores de alto rendimiento. Entre los cinco mejores motores de cuatro cilindros que han hecho las marcas japonesas en la historia hay un poco de cada enfoque.
Y es que, aunque los nipones también tienen bloques muy reconocidos con las cilindros (el mítico 2JZ de Toyota o la familia RB de Nissan, en su gama Skyline/GT-R), los pequeños de cuatro también han sido una buena base para innumerables preparaciones.
Además, su fiabilidad contrastada ha hecho que muchos se hayan producido durante décadas manteniéndose prácticamente inalterado o, como mucho, recibiendo modificaciones que no hacían si no mejorar su fórmula.
Honda K20 y K24
Aquí hablamos de una familia de motores muy longeva, compuesta por bloques de cuatro cilindros de varias cilindradas (2 y 2,4 litros) que a principios de los 2000 estaban presentes en prácticamente todos los modelos de la marca japonesa: el Honda Civic en su variante Type R, el Honda CR-V o el Honda Accord, por poner algunos ejemplos.
Eran motores de aspiración natural que, a pesar de la ausencia de turbo, llegaron a ofrecer rendimientos bastante altos, superando incluso los 220 CV. Además, son una base sólida para desarrollar modificaciones que alcanzan los 300 CV sin muchos problemas.
Una de sus claves es que su construcción estaba pensada para aguantar el paso del tiempo y el kilometraje. Las versiones de mayor cubicaje pueden recorrer más de 300.000 kilómetros sin problema antes de que sus dueños los abandonen u opten por reconstruir el motor.
Mitsubishi 4G63T
Aquí hablamos ya de palabras mayores, hablamos de la época en la que Mitsubishi no había oído hablar de los SUV y si de crear auténticas bestias como el Mitsubishi Lancer Evo. Varias de sus generaciones (las que vieron la luz de 1992 a 2007) llevaron el motor 4G63T bajo el capó, pero también otros modelos ilustres como el Eclipse (90-99) o el Galant.
Se trata de un motor de cuatro cilindros en línea turbo alimentado que es uno de los favoritos de los tuneadores por todo lo que puede dar de sí. Su base era muy sólida, lo que hacía que pudiera soportar bastantes modificaciones que elevaban su rendimiento hasta límites insospechados.
De fábrica, dependiendo de la versión, salió entregando desde 195 a 345 CV de potencia, aunque esas cifras eran mucho mayores después de pasar por preparadores. Era capaz de ir muy “apretado” y hay casos en los que soportaba funcionar incluso a 11.000 rpm.
Nissan SR20DET
Aunque al pensar en Nissan de alto rendimiento se piense de primeras en la familia ‘Z’ y en los Skyline/GT-R, la marca japonesa ha tenido en su gama otros tantos representantes de la deportividad y, entre ellos, el Nissan Silvia seguramente sea el mayor partido ha sacado a los motores de cuatro cilindros.
El SR20DET es un bloque 2.0 turbo tetracilíndrico en línea que de serie desarrollaba 205 CV, pero que, como ocurre con otros propulsores de esta línea, no era difícil de preparar y, además, aguantaba bastante lo que le echasen, por lo que no es raro encontrar versiones que rinde más de 300 CV o incluso que alcanzan un rendimiento de 450 CV.
Subaru EJ22
Aquí tenemos a la némesis del motor de Mitsubishi, el corazón del Subaru Impreza, pero no de cualquiera, si no de una de las variantes más exclusivas y apreciadas por el aficionado, el mítico Impreza 22B, del que solo se fabricaron 424 unidades. Ningún otro coche lo montó jamás, lo que hace que sea uno de los propulsores japoneses más raros.
Se trata de un bloque bóxer con turbo que en realidad se ofreció en varias versiones, denominado como EJ20 en algunos Impreza menos especiales, pero que en el caso del 22B tenía una cilindrada de 2.212cc y desarrollaba 275 CV de potencia… sobre el papel, pero en la práctica se ha comprobado que su rendimiento era mayor.
Honda F20C
Cierra el listado de los cinco mejores motores de cuatro cilindros que han hecho las marcas japonesas en la historia Honda, con una propuesta distinta a la vista en el bloque con el que se abría el listado.
Si los L20 y K24 los montaron una cantidad ingente de vehículos de la marca, el F20C fue exclusivo de un único modelo, el icónico Honda S2000, que durante muchos años tuvo bajo el capó el que fuera el motor con más potencia por litro de todo el mundo.
Es un bloque 2.0 de cuatro cilindros y aspiración natural capaz de desarrollar una potencia de 240 CV a 8.600 rpm y un par máximo de 200 Nm a 7.500 vueltas. Pero es que, en su versión japonesa su rendimiento era todavía mayor, llegando a los 247 CV.
A lo largo de su vida recibió una actualización que dejó intacta la potencia, pero que aumento a 2,2 litros la cilindrada y también mejoró el par hasta los 210 Nm.
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Etiquetas: motores gasolina
