Tras probar el Volkswagen Passat Variant 1.5 eTSI te explicamos por qué los familiares deberían gustarnos mucho más

Sí, lo sé. Cuando ves un familiar, sin saber por qué, te dan ganas de bostezar. Pero te aseguro que no deberías dejarte llevar por la tradición cultural española que va en contra de las carrocerías familiares. Tras leer esta prueba del Volkswagen Passat Variant  (ya no existe con carrocería berlina) deberías convencerte de lo que te digo.

Voy a dejar la estética a un lado, aunque sé que es importante y a mí me gusta. Pero prefiero que seas tú mismo quien valore algo tan subjetivo. Lo que sí que te puedo dar es datos. El de la capacidad del maletero, por ejemplo: 690 litros, que pasan a ser 1.920 si pliegas los respaldos traseros y añade elementos ajustables que ayudan a asegurar la carga. 

Venga, te animo a buscar algún SUV que lo mejore y, sobre todo, con un borde de carga (60 cm) tan bajo y práctico para cargar el equipaje como el de este Volkswagen Passat.

Me han encantado los asientos delanteros, que aunque sólo son parcialmente eléctricos, pueden tener función masaje (opcional) y cuentan con diseño ergonómico que les aporta una gran comodidad.

También te puedo contar lo que he sentido al sentarme en la segunda fila: amplitud total. De hecho, junto con su primo el Skoda Superb, es el mejor del segmento en este crucial apartado. Sí, quizás me he tenido que agachar un poquito hasta caer en sus asientos, pero tampoco he tenido que escalar, que no sé qué es peor... 

Además, las puertas traseras se abren casi a 90º y eso facilita muy mucho el acceso. Sin olvidar que pueden alojar (también las delanteras) botellas de 1,5 litros. Es pura practicidad.

En lo relativo a materiales y ajustes, no le pongo ni un solo pero, porque no aprecio crujidos ni desajustes y no abusan del negro tipo piano que tan sucio termina siendo.

Hoy en día el equipamiento tecnológico es clave y en Volkswagen lo saben, por eso han montado un monitor principal tan grande (o más) que tu ordenador portátil. Tiene 15 pulgadas en la versión R-Line que yo he probado (12,9 en acabados básicos). Y un dato muy chulo es que el sistema de reconocimiento vocal te hace sugerencias según el historial de peticiones que le vayas haciendo.

Si lo tuyo es viajar mucho, mejor que elijas alguno de los TDI (de 122 a 193 CV), pero me parece más interesante este 1.5 eTSI, porque al motor gasolina de 1.498 cc suma un pequeño motor eléctrico de 19 CV que le apoya en fases de máxima aceleración y, sobre todo, le ayuda a reducir el consumo y a ganarse la pegatina ECO de la DGT, que te permite entrar en el centro de cualquier ciudad sin miedo a las multas. 

Y hablando de consumo, en esta prueba ha gastado solo 5,9 litros de media, que me parece un dato magnífico, sobre todo porque es un motor que te ofrece un gran empuje y con el que la gran mayoría sentirá que no necesita más potencia.

Esta versión 1.5 eTSI de 150 CV ha acelerado de 0 a 100 km/h en 9,3 segundos. Y otro dato que te va a encantar es su autonomía de más de 1.000 km.

En el apartado dinámico no serás capaz de ponerle ni una sola pega. Acostumbrado ya a conducir tantos SUV, te aseguro que es una delicia notar la firmeza de su paso por curva, la precisión de su dirección y la agilidad de sus chasis y es que con 1.665 kilos de peso casi parece un peso pluma si lo comparamos con lo que hay a día de hoy en el mercado.

Con este motor está disponible desde 42.920 euros, pero la versión R-Line que yo he tenido sube hasta los 49.655 euros. 

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Etiquetas: coches familiares