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Prueba del Mercedes-Benz GLC 300 de 4MATIC Coupé: diésel, híbrido enchufable y con etiqueta 0

Prueba del Mercedes-Benz GLC 300 de 4MATIC Coupé
Foto del redactor Hugo ValverdeFoto del redactor Hugo Valverde

Porque el diésel sí tiene cabida...

Existen algunas marcas, por desgracia, muy pocas, que siguen apostando por hacer que sus coches sean movidos por motorizaciones diésel. Estos bloques son limpios y no merecen ser comparados con los de gasóleo de hace una o dos décadas. Además, como en el caso de Mercedes, lo utilizan para que trabaje junto con un sistema eléctrico para que el consumo sea mínimo y la autonomía, máxima.

Y hoy tengo la oportunidad, y diría la suerte, de probar uno de esos vehículos, el Mercedes-Benz GLC 300 de 4MATIC Coupé. Se trata del SUV con techo descendente que rinde 333 CV gracias a combinar un propulsor de gasóleo con uno eléctrico.

Exterior e interior

Que no te engañen tus ojos si te hacen pensar que la segunda generación es igual que la primera. Si afilas la mirada descubrirás unos nuevos grupos ópticos más estilizados que se unen a la parrilla por la parte interna. Una parrilla que adopta una trama formada por pequeñas estrellas y que sigue siendo trapezoidal, aunque con los ángulos más redondeados.

Por su parte, los pilotos son más finos y están unidos -característica que es novedad-, aunque esa conexión no está iluminada. Los extremos de los paragolpes tienen una salida de ventilación simulada y los catadriópticos ahora forman parte de la zona sin pintar.

Pero no todo es estética -esto no se lo digas a un cirujano plástico-, porque comparado con la anterior generación, el coeficiente aerodinámico se ha visto reducido a 0,27.

Es un poquito más largo (4.769 frente a 4.742 mm) y ancho (1.920 frente a 1.890 mm), pero más bajo (1.606 frente a 1.622 mm). También crece la distancia entre ejes en 14 mm (2.873 mm), cosa que se agradece en la segunda fila.

Prueba del Mercedes-Benz GLC 300 de 4MATIC Coupé

Abro la puerta de este Mercedes-Benz GLC 300 de 4MATIC Coupé que estoy probando y lo que más me llama la atención de este puesto de mandos bien ensamblado y con buenos materiales son las dos pantallas de su puesto de mandos. Una, la del cuadro de instrumentos es de 12,3", y la otra, la del sistema de infoentretenimiento MBUX, de 11,9" y en posición vertical.

Si lees mis pruebas sabrás que soy de la vieja escuela. No porque me gusten las películas de Pajares y Esteso -de hecho no he visto ni una-, sino porque prefiero los botones físicos a los táctiles, y, sobre todo, a los que están escondidos en un menú de la pantalla. 

Pero he de reconocer, que a pesar de que el sistema de Mercedes es de estos últimos, en pantalla, la compañía de la estrella ha conseguido que todo se encuentre de forma fácil. Y lo mejor de todo, los 'mandos' del climatizador están siempre visibles en la zona inferior de la misma. 

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Lo que sí cambiaba son los del volante, que funcionan deslizando el dedo y que, en alguna ocasión que otra, mis dedos tienen el tacto de los de Patrick Swayze en Ghost. También me gustaría que el asiento lo pudiera colocar en una posición más baja. 

Respecto al espacio, para las rodillas hay mucho y para la cabeza, menos que en Mercedes GLC debido a su techo descendente. Pero, aun así, personas de 1,80 m van cómodos. Lo que sí se ve sacrificado es el maletero por la batería, cubicando 390 litros en lugar de los 545 de las versiones microhíbridas. También es 80 litros menor que el GLC 300 de 4MATIC, pero 40 litros más que el GLC Coupé PHEV de la generación anterior.

Motor y prestaciones

El Mercedes-Benz GLC 300 de 4MATIC Coupé equipa un motor de combustión diésel de cuatro cilindros en línea de 197 CV a 3.600 rpm y 440 Nm entre las 1.800 y las 2.800 rpm. También, un motor eléctrico de 136 CV y 440 Nm y una batería de iones de litio de 23,4 kWh de capacidad con la que puede recorrer en modo eléctrico, según la firma, hasta 128 kilómetros. En conjunto, rinden 333 CV y entregan 750 Nm de par máximo. Y por ello le corresponde la etiqueta 0 de la DGT.

Con este sistema de propulsión electrificada más la transmisión de convertidor de par de nueve relaciones, el GLC Coupé PHEV acelera de 0 a 100 km/h en 6,4" y alcanza los 219 km/h, buenas cifras para un todocamino de 2.420 kilogramos. 

Comportamiento

El GLC PHEV Coupé es un coche cómodo con el que viajar se convierte en algo placentero, sobre todo por la suspensión y la autonomía que te da ser movido por un motor diésel, tener 62 litros de gasóleo en el tanque y contar con una autonomía eléctrica de 128 km, que en nuestra prueba ha sido de 103, que no está nada mal.

Siempre puedes moldear su comportamiento con los diferentes modos de conducción: Batey Hold y Eléctric, que sabrás que están en funcionamiento porque lo verás en el cuadro y en la pantalla del sistema, obviamente, y porque al seleccionarlos, en el pedal del acelerador se siente y se oye una especie de 'clack'. 

Prueba del Mercedes-Benz GLC 300 de 4MATIC Coupé

También Híbrido, Sport, Individual y Off-road, en el que la velocidad máxima es de 110 km/h y los sistemas de conducción y apartamento se adaptan, por lo que solo se debería usar en conducción todoterreno y no en vías públicas, como bien avisa el MBUX en la pantalla.

Se suman los modos de regeneración, que creo que, en carretera, no hay mucha diferencia entre el 'más' intenso y el 'normal'. Y el 'menos', ofrece demasiada retención. Aunque la ventaja es que en lugar de pisar el freno, puedes desacelerar sin el pedal izquierdo.

Me ha llamado la atención el sonido de su motor de combustión, que es elevado, que no quiere decir molesto, comparado con el CLE Coupé diésel con microhibridación que probé la semana anterior. No sé si esto se debe a que el nuevo modelo de la gama tiene mejor insonorización. Cabe señalar que el sonido no es feo; también, que con las ventanillas bajadas sí podrás oír el típico traqueteo de este tipo de propulsores.

BMW X3

En cambio, si no fuera por el sonido, el paso del bloque de combustión al eléctrico lo realiza de forma suave e imperceptible, sin tirón.

Precio

El Mercedes-Benz GLC 300 de 4MATIC Coupé de esta prueba tiene un precio de 70.190 euros e incluye el siguiente equipamiento: asientos calefactados para conductor y acompañante, escáner de huella dactilar, faros LED High Performance, luces de carretera automáticas, cargador inalámbrico,  apertura y arranque sin llave, llantas de 18", climatizador automático y cámara de marcha atrás, entre otros elementos.

Además, el cable de carga para Wallbox y estación de carga pública de 22 kW es gratuito.

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Etiquetas: Coches híbridos enchufables, SUV, SUV híbridos, SUV de lujo

Lo mejor

Autonomía. Trabajo de la suspensión. Entrega de su motor. Etiqueta 0.

Lo peor

Asiento en posición alta. Sonido del motor diésel.