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Prueba del Bentley Flying Spur V8: querrás ser el chófer

El Bentley Flying Spur V8 es un automóvil francamente aristocrático. Disfrutarás de sus lujosas plazas traseras, pero sobre todo, al volante

Una apariencia poderosa con dimensiones masivas, proporciones perfectas y detalles elaborados y visiblemente costosos. Así se presenta el Bentley Flying Spur V8

El logo Flying B del capó, iluminado y retráctil, aunque tiene un punto futurista encaja perfectamente con la imagen de la fastuosa berlina. Y, por cierto, el de Bentley solo es auténtico con un número diferente de plumas: debe haber once a la izquierda, solo diez a la derecha.

Logo Bentley

Roman Raetzke / AUTOBILD

Por dentro

El interior está bellamente decorado. Hay mucho espacio y todo está presentado de manera opulenta: cuero de máxima calidad (también estética), aluminio pulido, madera finamente reluciente, y todo enriquecido con algunos detalles clásicos, como las boquillas de ventilación de ojo de buey.

Copckpit Bentley

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Otra especialidad de Bentley es la pantalla giratoria. Muestra el sistema de navegación de 12,3 pulgadas, pero se pliega y aparecen tres exquisitos instrumentos redondos analógicos (termómetro externo, brújula, cronómetro). Hay una tercera posición para los amantes del minimalismo clásico: un revestimiento de madera y punto.

Pantalla Flying Spur

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Detrás

En la parte trasera lujosamente espaciosa no solo hay dos sillones ajustables extremadamente cómodos, sino también un pequeño refrigerador (de -6 a +6 grados) para hasta seis latas de refrescos detrás del apoyabrazos central. O dos botellas de champán de 0,75 litros. Dependiendo de los gustos de la clientela.

Traseras Bentley Flyng Spur

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¡En marcha!

La tecnología tiene su origen en el Porsche Panamera, pero llevada a su máxima expresión: tracción y dirección en las cuatro ruedas, suspensión neumática adaptativa de tres cámaras, etc.

El biturbo V8 de 4.0 litros con 550 CV entra en escena: ya no solo está disponible el W12 de 6.0 litros con 635 CV como hasta ahora. Pero que no te engañen sus cifras "menores". Se trata de un bloque robusto y vigoroso con mucho “vapor en la caldera”, aceleración brutal y modales exquisitos. 

Flying Spur dinámica

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Es muy silencioso, pero no te priva de la deliciosa orquesta V8, donde una sección de viento parece deleitarte los oídos a elevadas vueltas. 

Si conduces con decisión, los 550 caballos galopan salvajemente y aceleran el carruaje de 0 a 100 km/h en solo 4,1 segundos, con una punta de 318 km/h. Impresionante.

Barrido Flying Spur

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La transmisión de doble embrague de ocho velocidades, eso sí, actúa más con comedimiento que con suavidad.

Con el V8, el Bentley pesa 100 kilos menos que con el W12, pero aun así tenemos entre manos 2,3 toneladas, aunque lo cierto es que se siente más ligero. El Flying Spur logra ser aplomado y dinámico, y al mismo tiempo: el abanico desde los modos de conducción dinámicos a los más confortables es impresionante.

Asientos Flying Spur

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Y es que, aunque llevaba unas ruedas descomunales de 22 pulgadas, en modo Confort la suavidad es total. En el modo Sport, los músculos literalmente se tensan, el Bentley es extraordinariamente manejable y, sí, realmente ágil de conducir.

Con su dirección asombrosamente precisa, galopa con deleite en la recta y se lanza a la siguiente curva con brío y una tendencia maravillosamente leve al sobreviraje. Da la impresión de que los ingenieros, en este caso, también han tenido en cuenta el disfrute al volante del chófer. 

Flying Spur

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Etiquetas: Berlinas, lujo, Superlujo

Valoración

El Bentley Flying Spur V8 es un automóvil francamente aristocrático. Disfrutarás de sus lujosas plazas traseras, pero sobre todo, al volante, como en esta prueba

Lo mejor

Comportamiento ágil y confortable, lujo máximo, respuesta del motor, espacio

Lo peor

Lo de siempre en un coche así: el consumo y el precio son de otra galaxia