Prueba Bentley Continental GT de 782 CV: el híbrido enchufable eclipsa al motor de doce cilindros

Bentley adopta nuevos aires. Y lo hace de manera silenciosa. Porque cuando los prototipos del próximo Continental GT salen del garaje para nuestro primer encuentro, no se oye mucho más que un zumbido. 

Al final, ni siquiera los británicos pueden resistirse a los nuevos tiempos y, en la actualización de su Gran Turismo, que celebran con confianza como la cuarta generación, apuestan por un motor eléctrico.

Pero se trata de uno que asiste al motor de combustión y (todavía) no lo reemplaza. Porque eso sería demasiado para una marca que, gracias al motor W12 de Wolfsburgo, se ha convertido en el mayor productor de motores de doce cilindros del mundo. 

Hasta que dentro de dos años llegue el primer Bentley completamente eléctrico, los británicos “desentrenan” a los nietos de los Bentley Boys bañados en gasolina con un nuevo híbrido enchufable que es significativamente más potente.

Y es que, en definitiva, el Continental es un coche de disfrute, que se conduce por el placer de conducir y no para llegar a un destino, como me dice el director de desarrollo Matthias Rabe, devolviendo así el verdadero sentido al concepto de Gran Turismo.

Motor: el ocho cilindros genera 600 CV

Y disfrute es lo que ofrece el gran biplaza en abundancia. Porque, a más tardar, cuando después de unos 80 kilómetros se agota la batería de 25,9 kWh bajo el suelo del maletero o cuando al final del garaje se pisa un poco más el pie derecho, se escucha algo diferente al V6 del Bentley Bentayga: un robusto motor de ocho cilindros que, haciendo equipo con el motor eléctrico, borra todos los recuerdos del W12. Después de todo, el turbo de cuatro litros ya genera 600 CV.

Junto con el motor eléctrico, la potencia del sistema asciende a 782 CV. Esto son 120 CV o casi un 20% más que la última versión del W12, y convierte al nuevo Continental en el Bentley más potente de todos los tiempos. Y Bentley no sería Bentley si no tuviera aún un poco de reserva.

Correspondientemente, el puño envuelto en terciopelo golpea profundamente en el estómago cuando se pisa el pedal a fondo y entonces 1.000 Nm, en lugar de los ya considerables 900 Nm, combaten la gravedad.

Comportamiento

Sí, el Continental, con sus más de 2,5 toneladas de acero, pintura y cuero, es tan pesado como un hipopótamo en abrigo de visón. Pero con tanto par motor, incluso el más pesado de los paquidermos se pone en movimiento: 3,3 segundos de 0 a 100 km/h desmienten la ley de la inercia y hacen que la nostalgia sentimental por el W12 se desvanezca aún más. Después de todo, necesitaba tres décimas más para esta tarea. Con una velocidad máxima de 335 km/h, ambas variantes están a la par y muy por delante de los pocos otros coches que circulan en esta liga.

Y si uno tiene que justificarse ante sus vecinos, sus hijos preocupados por el clima o su contable de CO2, puede mencionar un consumo que, al menos según los datos oficiales, es solo una décima parte del del motor de doce cilindros.

Pero a Matthias Rabe, jefe de desarrollo, no solo le importa la dinámica longitudinal en estas vueltas en la pista. Su equipo también ha trabajado en la dinámica lateral. El motor de ocho cilindros es más ligero que el W12, con la batería en la parte trasera el equilibrio es mejor, y una nueva suspensión con amortiguadores de doble válvula permite una mayor diferenciación entre la comodidad en carretera y la firmeza en un circuito. Además, la ya conocida dirección en el eje trasero hace que el británico tome las curvas de manera sorprendentemente ágil.

Diseño

Como se trata de más que un simple lavado de cara, han refinado el equipamiento y rediseñado el estilo, además de actualizar la motorización y el chasis. Y aunque el prototipo todavía está envuelto en camuflaje, ya se pueden reconocer algunos detalles. La cara de cuatro ojos, por ejemplo, es cosa del pasado, y la parte trasera está tan optimizada aerodinámicamente que aparentemente ya no necesita un alerón desplegable.

También en el interior se pueden ver algunas novedades y refinamientos, como nuevas texturas en el cuero y más adornos aquí y allá. Pero sobre todo se pueden ver detalles familiares que los conductores de Bentley no querrán perder. Esto incluye los tiradores  para el control del clima y la "Toblerone" que gira en el tablero, mostrando ya sea la pantalla de navegación, tres relojes analógicos o solo una consola decorativa. 

Conclusión

Despedirse duele, y por supuesto, cada buen Bentley-Boy llorará al despedirse del motor de doce cilindros. Pero solo hasta que conduzca por primera vez el nuevo Continental. Porque el híbrido enchufable tiene aún más empuje, es igual de soberbio, y en modo eléctrico, incluso el suave murmullo de los doce cilindros suena a ruido molesto, mientras disfrutas de un completo silencio al rodar.