Pitiditos por aquí y por allá… ¡y por LEY!

La semana pasada fui a la presentación del nuevo Ford Mustang, un deportivo que es el antídoto perfecto a toda esta marea de coches eléctricos que pueblan la actualidad del  mundo del motor: bloque V8 de cinco litros de cilindrada, atmosférico, propulsión, cambio manual y nada, NADA de electrificación… ¡Qué maravilla! Solo recordar el rugido del motor al rozar las 7.500 vueltas, hace que se me caiga una lagrimita.

A lo que iba: en la propia presentación, los responsables americanos nos dijeron, sin que nadie les preguntase, cómo desactivar el molesto pitido del asistente de velocidad ISA.

Cómo sabes, este sistema forma parte de los asistentes obligatorios que los coches nuevos deben montar de serie en su equipamiento. Busca alertar y poner trabas si el conductor se salta los límites legales de velocidad.

Se puede desconectar con un botón y eso es algo que, hasta donde yo sé, hacemos el común de los mortales. ¿Por qué? Yo no es que quiera saltarme los límites de velocidad, pero el sistema es muy molesto, irrita bastante y desconcentra. 

¿Cómo funciona? No hace falta que rebases la velocidad máxima marcada en 10, 20 o 30 km/h. Basta con lo que hagas 1 km/h por encima para que un pitido comience a taladrarte el oído. No tengo nada en contra del sistema, creo que está ideado con un buen fin, pero la forma de llevarlo a la práctica no funciona.

Ni a mí, ni creo que a nadie, le gusta ir acompañado de pitidos de ningún tipo. Lo que queremos es conducir centrados en la carretera.

Según la Comisión Europea, este sistema puede reducir un 20% los accidentes y un 30% el número de víctimas mortales. Y repito, me parece una buena idea, pero quizá no han acertado con el ‘cómo’ llevarla a la práctica. 

Por cierto, esto también me lleva a hablar de otros sistemas o asistentes a la conducción que se están poniendo de moda en los modelos más ambiciosos de Mercedes y BMW, y que no es otro que el que te permite cambiar de carril de forma automática. 

Solo se puede utilizar en autovías con los carriles bien diferenciados. Te pongo un ejemplo de cómo funciona: si por delante de ti circula un vehículo más lento, este sistema puede iniciar por sí solo un cambio de carril y adelantar de forma completamente automática.

Lo probé en su momento en el nuevo Clase E y lo he probado ahora con el BMW i5. ¿Conclusiones? Funcionan realmente bien (siempre que las condiciones sean óptimas), aunque a día de hoy son para mí más un escaparate tecnológico que algo que realmente los conductores vayan a usar.

¿Por quá? Porque entre los requisitos del sistema está el que el conductor ponga las manos en el volante todo el tiempo y esté pendiente del tráfico. Y si tienes que estar con los cinco sentidos en la conducción… ¿No será más fácil realizar la maniobra de carril por uno mismo en vez de dejarle la tarea y la responsabilidad a la tecnología?

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Etiquetas: Opinión, conducción segura