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Opinión: Dodge muscle car eléctrico, ¿sacrilegio o baño de realidad?

Dodge muscle car eléctrico
Difícil cuestión.

Hemos pasado por esto antes. Se anunció la llegada del primer coche eléctrico, la gente se llevó las manos a la cabeza. Primeros deportivos electrificados, las manos a la cabeza. Hiperdeportivos de cero emisiones, gente clamando al cielo. Y así un largo etcétera de ocasiones en los que los más puristas han visto a la electricidad como una amenaza aunque parezca el camino al que está abocada toda la industria. ¿Se ha superado ya el prejucio? No hay mejor manera de comprobarlo que ir a “pinchar en hueso”: Dodge ha anunciado su primer muscle car eléctrico.

Como es lógico, ya han surgido defensores y detractores de la idea a partes iguales. ¿Se trata de un sacrilegio o de un baño de realidad ante la inevitabilidad del futuro del sector del motor? No nos vamos a engañar, es una cuestión compleja, con puntos a favor y en contra entre ambas.

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¡Sacrilegio! ¡Clamemos al cielo!

Empecemos poniéndonos del lado de los que se han escandalizado. Pocos segmentos se nos ocurre que huelan más a gasolina que el de los muscle car, así que a primera vista si podría considerarse un sacrilegio.

Es un sector muy característico, no de nicho, pero si especial, con un enfoque deportivo, de poderío y con el aroma de las carreras de aceleración en su ADN. Claro que los cero emisiones pasan de 0 a 100 km/h como balas y arrasan en las ‘drag stripes’, pero en cierto modo no es lo mismo. El aficionado de este tipo de vehículo quiere escuchar un HEMI V8 rugir o, cuando no directamente, verlo asomar por el capó anticipando la cantidad ingente de caballos que puede desplegar.

Los muscle car son, a su manera, vehículos emocionales y pasionales, características cada vez menos presentes en la industria de producción en masa, y que si permite la entrada de la electricidad, posiblemente pierda uno de sus últimos baluartes.

Músculo, cero emisiones y lo que está por venir

Sin embargo, aunque con el corazón pensemos eso, también hay que ser conscientes del punto en el que se encuentra la industria, los derroteros por los que ya ha empezado a andar y su futuro a medio plazo. Las mecánicas eléctricas han llegado para quedarse y van a extenderse a todos los segmentos. ¿Significa eso que todos los coches serán de cero emisiones? No, habrá un reducto para la combustión, pero estamos en un periodo de transición y jugar la carta de ser el primero puede aportar beneficios importantes.

Desde Dodge deben ser plenamente conscientes de ello, pero habrán hecho balanza entre potenciales riesgos y beneficios, y la cuenta les ha salido positiva. Y es lógico: les habrán llovido “palos” de todos los colores por hacer esta afrenta a los muscle cars, pero conforme pase el tiempo y sus rivales hagan anuncios similares, será agua pasada. Lo que es mejor: cuando eso ocurra, ya llevará la delantera.

Ser el pionero entraña peligros, pero tiene la recompensa de que todo el mundo va a rueda y te conviertes en el rival a batir. Todavía no sabemos mucho del Dodge muscle car eléctrico, pero lo poco que se pudo ver en el adelanto promete: una bestia sin emisiones con tracción integral y la potencia habitual en los modelos top de la marca.

No hará ruido ni olerá a gasolina, pero quemará rueda a nuevos niveles. De hecho, si superamos la reticencia a estas mecánicas por no ser “puras”, lo cierto es que un muscle car de cero emisiones puede llevar el segmento a una categoría superior. Dodge ya grabó su nombre en la historia con el Demon y se ha puesto en posición de volver a hacerlo sin emitir un solo gramo de CO2.

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Etiquetas: Muscle car

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.