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El soplo de emoción al que se agarran todavía los que no ven la llegada masiva del coche eléctrico

Algunos no ven todavía la llegada masiva del coche eléctrico

Algunos no ven la llegada masiva del coche eléctrico como se había anunciado hace unos años, cuando prácticamente todos los fabricantes de automóviles diseñaron una hoja de ruta para esta década, cuya meta era la conversión en marca eléctrica.

En el futuro, la mayoría de los coches serán eléctricos (sin descartar otras alternativas). Esto es algo en lo que, más o menos, todos podemos coincidir. Otra cosa es que eso vaya a ocurrir en 2035, como quieren las autoridades europeas y de otras zonas del planeta o que vaya a desaparecer por completo el motor de combustión tradicional.

Algunos no ven la llegada masiva del coche eléctrico como se había anunciado hace unos años, cuando prácticamente todos los fabricantes de automóviles diseñaron una hoja de ruta para esta década, cuya meta era la conversión en marca eléctrica.

Muchas de estas marcas pusieron una fecha, a partir de la cual dejarían de fabricar motores de combustión y todos los coches nuevos serían eléctricos. 

Sin embargo, en los últimos meses se ha producido un cambio de parecer y algunas compañías han comenzado a dar algunos pasos hacia atrás, con respecto a los planes trazados.

Depreciación coches eléctricos

Un rayo de esperanza para quienes no ven la llegada masiva del coche eléctrico

Algunos no ven todavía la llegada masiva del coche eléctrico

Un ejemplo que resulta muy esclarecedor es Mercedes. La marca de la estrella ha sido una de las más ambiciosas a la hora de establecer una estrategia eléctrica y puso fecha para el final de los motores térmicos: 2030. 

Sin embargo, tras la presentación de resultados de 2023, el CEO de Mercedes, Olla Kallenius, reconoció que la demanda de coches eléctricos no ha alcanzado todavía los niveles previstos y retrasó el objetivo marcado. Por tanto, la marca seguirá produciendo motores de combustión más allá de 2030.

Actualmente, las ventas de vehículos eléctricos de la compañía alemana apenas representan el 11% (alrededor del 19%, contando con los híbridos). Por ello ha revisado a la baja sus expectativas. En un principio, se propuso que en 2025 el 50% de sus ventas fueran vehículos a baterías. Ahora, este objetivo lo ha retrasado cinco años, hasta 2030.

"Tal vez hubo demasiado optimismo en toda la industria, ahora hay más realismo", admitió Kallenius. Quizás, habría que decir, lo que hubo en un principio no fue optimismo, sino intereses y presiones tanto políticas como económicas, pero las escasas ventas han echado por tierra los planes iniciales.

Más escepticismo hacia el coche eléctrico

Algunos no ven todavía la llegada masiva del coche eléctrico

No sólo Mercedes ha dado un paso atrás en sus planes eléctricos. Cadillac es otra que ha recibido una bofetada de realidad. En 2021, anunció sus planes para convertirse en marca eléctrica en 2030, igual que la alemana.

Parecía que todo marchaba bien para conseguir ese objetivo. Sin embargo, la marca ha dado marcha atrás y ya no renuncian a seguir fabricando coches de combustión.

Según explicó a Automotive News el vicepresidente de Cadillac, John Roth, "ofreceremos una gama totalmente eléctrica a finales de la década y dejaremos que el cliente sea nuestro guía". 

Por otro lado, hace unos meses salió a la luz un borrador del programada del Partido Popular Europeo, en donde se criticaba la prohibición de los motores diésel y gasolina en 2035 por parte de la Unión Europea. 

El presidente de la formación liberal-conservadora, Manfred Weber, abogaba por “revisarla lo antes posible” esa medida y utilizar diferentes tecnologías que permitan reducir las emisiones, no sólo el coche eléctrico. Aunque no podemos analizar estas declaraciones sin tener en cuenta el contexto electoral, con elecciones al Parlamento Europeo el 9 de junio.

Conviene recordar que la negociación para aprobar la prohibición de los motores de combustión en 2035 estuvo marcada por la enmienda de un grupo de eurodiputados italianos y la petición a última hora de Alemania de permitir los combustibles sintéticos.

En el caso de los italianos era para proteger sus marcas más prestigiosas, como Ferrari y Lamborghini, mientras que los alemanes son conscientes de que algunos de sus coches más míticos, como el Porsche 911, nunca podrán ser eléctricos. 

Combustibles sintéticos... ¿para todos?

Motores que no pueden usar los e-fuels

Tanto Italia como Alemania se salieron con la suya y la medida aprobada excluyó de la prohibición los combustibles sintéticos o e-fuels y las marcas con un bajo volumen de producción, al entenderse que no tenían un impacto significativo en las emisiones totales. 

En las últimas fechas hemos presenciado la presentación de un nuevo modelo de Ferrari, el 12Cilindri. Una denominación que es toda una declaración de intenciones, porque sigue utilizando un motor V12 atmosférico, a la antigua usanza, sin ningún tipo de electrificación.

Ferrari ya cuenta en su gama con modelos híbridos, pero no renuncia a su motor de 12 cilindros tradicional. También Pagani prepara un nuevo y espectacular deportivo, el Utopia, con un motor de combustión V12 puro.

Por su parte, Porsche es una de las marcas que más está trabajando en el desarrollo de los combustibles sintéticos, con su planta Haru Oni en Punta Arenas, Chile, donde elabora este carburante a partir de agua y dióxido de carbono con la ayuda de energía eólica, y permiten el funcionamiento prácticamente neutro en emisiones de CO2 de los motores de gasolina.

Por el momento, la marca alemana utiliza este combustible sostenible a proyectos de pequeña escala, como las carreras de la Porsche Mobil 1 Supercup y para repostar los coches de los Porsche Experience Centers. 

El efecto ‘cubanización’

Ferrari 12Cilindri

Pero todo esto nos conduce a hacer una reflexión: el coche eléctrico será masivo, tarde o temprano, seguramente más tarde de lo anunciado en un principio. Pero ello no significa que vayan a desaparecer los motores de combustión. Lo que ocurre es que éstos serán exclusivos de vehículos de alta gama y superdeportivos.

Es decir, podemos ir hacia un mundo en el que habrá, por un lado, coches eléctricos (y de otro tipo de energías), pero que serán caros y no todo el mundo podrá comprarlos, y por otro, vehículos de combustión para ricos, aquellos que puedan permitirse un 911 o un Ferrari y repostar e-fuel que, como parece, será más caro que la gasolina convencional.

Y, mientras esto ocurre, las familias que no puedan permitirse un eléctrico seguirán utilizando su viejo coche de combustión, lo que provocará un envejecimiento del parque automovilístico (más de lo que ya está), lo que algunos expertos llaman efecto ‘cubanización’. 

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