Los semáforos de tres luces de toda la vida cambiarán para incorporar una cuarta luz de este color, pero no será inmediato
El clásico modelo de semáforo de tres colores (rojo, verde y ámbar) va a cambiar, y ahora se va a añadir un cuarto color que seguro que te sorprenderá.
Posiblemente de aquí a poco tiempo estaremos viendo semáforos de cuatro luces. Suena algo raro, ¿verdad? En España, así como en países como Japón, y el Estados Unidos, estamos acostumbrados a semáforos de tres colores: rojo, verde y amarillo.
Los semáforos de tres colores se inventaron en el siglo XIX, pero no fue hasta el siglo XX cuando se adoptaron a nivel mundial. De hecho, el primer semáforo de España data en 1926 en Gran Vía, Madrid. Y lo cierto es que, como es de esperar, han jugado un papel crucial en la mejora de la seguridad vial y gestión del tráfico en todo el mundo.
Pero ahora parece ser que el panorama va a cambiar, y es que desde Norteamérica se ha propuesto un nuevo y cuarto color. Es decir, tendremos el rojo, el verde, el amarillo o ámbar y el blanco. Puede que te suene raro, pero lo cierto es que tiene una gran utilidad.
Los semáforos incorporan una cuarta luz blanca
Como señalamos, los semáforos son dispositivos fundamentales en la regulación del tráfico urbano y vial, desempeñando un papel crucial en la prevención de accidentes y la organización del flujo vehicular.
Al proporcionar señales claras y universales, los semáforos facilitan la coordinación de los movimientos de vehículos y peatones, reduciendo la probabilidad de colisiones y asegurando una circulación más eficiente y segura a nivel mundial.
Lo que antes conocíamos como el semáforo de tres colores, parece ser que esta idea va a evolucionar gracias a una propuesta desarrollada por un grupo de ingenieros de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos).
Este grupo de ingenieros realizó un estudio en el que se consideró añadir un cuarto color, el blanco, que asegura que ayudará a tener un mayor control del tráfico. Pero, ¿para qué sirve este color? Está dirigido principalmente a la regulación de los vehículos autónomos pero, como tú también circulas por la carretera, a ti también te incumbe.
La denominada “fase blanca” (la luz blanca del semáforo), es un periodo en el que la capacidad de los vehículos autónomos para procesar datos permitirá una mejor regulación del tráfico en los cruces. Esta estrategia incrementará significativamente la eficiencia en el paso por las intersecciones y disminuirá el consumo de combustible.
Pero no debes de preocuparte, ya que la luz roja seguirá indicando que debes detenerte, la verde que puedes avanzar y la ámbar que debes detenerte a menos que estés tan cerca que frenar bruscamente sea peligroso. Y la blanca, la principal, la más importante, señalará a los vehículos autónomos que deben seguir al coche que tienen delante.
Imitar lo que haga el coche autónomo
En este sentido, y con el fin de que funcione, es imprescindible que circulen los coches autónomos en la carretera, es decir, aquellos que no necesitan conductor. En este caso, si el primer coche que llega al semáforo es autónomo y detrás circula un turismo convencional, el semáforo se pone en blanco.
El conductor debe hacer lo mismo que hace el coche sin conductor que va por delante suyo. Es decir, si para, tú paras. Si continúa circulando, tú también. Es decir, hay que copiar lo que hace el vehículo autónomo que va por delante del convencional.
El estudio también describe dos escenarios adicionales: si todos los vehículos en la intersección son autónomos, se encenderá una luz blanca. Estos vehículos, conectados a un ordenador central que gestiona el tráfico, pasarán de manera continua y sin interrupciones.
El otro escenario es el que se utiliza actualmente: si el primer vehículo en llegar al semáforo es conducido por una persona, la luz blanca se apaga y se retoman las luces verde, ámbar y roja. Es decir, únicamente se encenderá la blanca si todos son autónomos, o si por delante de un convencional va un autónomo.
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Etiquetas: Estados Unidos, seguridad vial