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El Renault Twizy de dos plazas fue un cuadriciclo adelantado a su tiempo del que tomaron nota importantes marcas

Renault Twizy

En la actualidad hubiera triunfado.

Ser un pionero es un arma de doble filo. En algunos casos, abrir camino sirve para establecer un nuevo estándar y ganarse el respeto y a posición por ser el primero en algo. Sin embargo, si te pasas y estás más adelantado a tu tiempo de lo recomendable, puedes pasar a ser un incomprendido, visto como una rareza y no valorado como se debería.

Ese fue precisamente el caso del Renault Twizy, un modelo que en su día pilló por sorpresa al sector, que generaba curiosidad y dudas a partes iguales, pero que, a pesar de ser condenado al ostracismo, ha sido un referente cuyos pasos han seguido bastante más tarde otras marcas.

Era imposible que, cuando se presentó allá por el lejano 2012, no dejara al público con la boca abierta, puesto que su propuesta no se parecía a nada que se hubiera visto hasta entonces.

 

Su aspecto era de lo más peculiar, pues era una suerte de cúpula redondeada montada sobre una plataforma con cuatro ruedas. Además, de serie no tenía puertas, si no unas barreras y el habitáculo estaba al aire; habitáculo que, además, tenía los asientos colocados en tándem, uno delante del otro.

Se comercializó con dos niveles de potencia, uno de 5 CV, que entraba dentro de la licencia AM, por lo que no era necesario tener carné de coche ni ser mayor de 18 años para conducirlo, y alcanzaba 45 km/h; y otra de 17 CV, que era el equivalente a una motocicleta de 125cc, por lo que con el A1 se podía conducir (o con tres años de antigüedad del carné de coche).

Su autonomía en el mejor de los casos era de 100 km, lo que puede no parecer demasiado, pero hablamos de baterías de hace más de una década y de un modelo pensado para el uso en ciudad en el día a día, así que tampoco necesitaba mucho más alcance para resultar práctico.

¿Quiénes son sus herederos espirituales? Amén de propuestas chinas, como puede ser el Invicta Electric D2S “pequeño”, que entra dentro de la categoría de cuadriciclos, un grande europeo ha apostado por el mismo formato: Stellantis, con un trío de modelos que son clones entre sí.

El Citroën Ami fue el primero en abrir la brecha, con un diseño más de coche que el que tenía el Twizy, pero con algunos detalles en común, como el hecho de tener una configuración en tándem. Además, también tiene sus peculiaridades estéticas, como el hecho de que frontal y zaga son simétricas.

Lleva ya un tiempo en el mercado y es común verlo en ciudades como Madrid y Barcelona. A su rebufo se encuentran los Opel Rocks y Fiat Topolino, que adaptan la estética al lenguaje de diseño de sus respectivas marcas.

En resumidas cuentas, lo que hace algo más de una década se consideró una propuesta osada y que parecía no tener mucho sentido, habría sido en pleno 2024 una solución de movilidad urbana que habría casado a la perfección con lo que propone la industria actual. El Renault Twizy, una suerte de visionario adelantado a su tiempo.

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