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Llegó el momento más temido por muchos, el primer viaje largo en coche eléctrico

Peugeot E-3008 apertura

El reto: ir de Madrid a Valencia sin recargar

Todos estamos concienciados con dar el paso hacia una movilidad más sostenible, con reducir las emisiones contaminantes, con vivir en un entorno más limpio… y eso, traducido al mundo del automóvil, pasa por unos coches con mayor grado de electrificación. De todas las opciones que existen en el mercado, la mayoría se decanta por el híbrido y en España, de momento, solo un 5% del mercado es de coche eléctrico puro. 

Podríamos hablar de muchos factores legislativos que impiden el despegue, pero hay uno que está fuera de ellos y es muy importante: el miedo a afrontar un viaje largo en coche eléctrico. ¿Llegaré con batería? ¿Dónde recargo? ¿Y si el punto de recarga está ocupado? ¿Y si no funciona? ¿Puedo conectar el climatizador? ¿A qué velocidad puedo ir?

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Aunque no te lo creas, me han hecho todas esas preguntas cuando me han cuestionado la posibilidad de comprar un eléctrico puro. Yo siempre he contestado que todas esas cuestiones tienen respuesta y solución. Pero nunca lo había experimentado en primera persona, nunca había hecho un viaje largo en coche eléctrico. Hasta la semana pasada.

ESTE ERA EL RETO

El reto no era pequeño: viajar de Madrid a Valencia sin ninguna parada en el camino. Son, en total, 384 kilómetros y con esa cifra en la cabeza y en el cuadro salgo de Madrid en un Peugeot E-3008, sin restricciones. La idea es circular a las velocidades legales, el climatizador conectad a 22 grados de temperatura... Arranco y  marca 100% de batería y 517 kilómetros de autonomía. En teoría es posible, pero… ¿en la práctica? 

Cuando comienzo, circulo las calles de Madrid hasta la salida a la A-3, la autovía que une la capital y Valencia. En tráfico urbano la autonomía se resiente poco, milagros de la energia de la fuerza de frenado que reaprovecha.

Cargador coche eléctrico

Empieza la carretera y me muevo a una velocidad legal entre 100 y 120 km/h, según las indicaciones que especifica la vía en cada tramo. La parte buena es que siguiendo a rajatabla las normas de velocidad no hay que temer a los radares; la mala es que en carretera la autonomía es muy sensible, sobre todo a los desniveles. 

Voy controlando que lo que me queda de autonomía siempre sea superior a la distancia que resta para llegar, pero a 180 kilómetros del destino por primera vez el ordenador me indica que me queda menos autonomía de la distancia a recorrer...

¿Qué ha pasado? ¿voy a tener que parar para hacer una recarga? La respuesta llega 100 kilómetros después, cuando el último tramo del viaje es en pendiente descendente y la autonomía vuelve a subir. De nuevo el desnivel juega una parte básica.

De hecho, supero la prueba y llego a Valencia con 60 kilómetros de autonomía. Eso serían 80 kilómetros, gracias al modo que reduce la potencia y te permite circular otros 20 kilómetros hasta que se queda sin electricidad cuando el coche se queda a cero. Estas fueron las  cifras del viaje: velocidad media de 99 km/h y consumo de 16,3 kWh.  

Cargador Mercedes coche eléctrico

LA RESOLUCIÓN

La primera conclusión es clara: se puede viajar. La segunda, el viaje no es igual que en un coche de combustión, pero muy parecido. Para que te hagas una idea de lo sensible que es el consumo al acelerador, a la vuelta y si subes la velocidad de crucero a 130 km/h el consumo llega a 22 kWh/h. 

Además, la pendiente en un Valencia-Madrid es ascendente. Y la parada es obligatoria, aunque en un cargador rápido en 25 minutos tengo el 80% y eso es poco más que tomar un café. Es decir, se puede viajar sin miedo con el coche eléctrico. Eso sí, la experiencia es algo diferente a hacerlo con un coche de combustión.

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