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Hubo un día en el que Audi planeó lanzar un R8 diésel

Audi R8 diésel

Hoy el diésel ha caído en el ostracismo, pero hace tiempo era el combustible favorito de la gran mayoría de los conductores. En 2008, Audi tuvo la idea de construir un R8 diésel, un proyecto que, finalmente, no salió.

A lo largo de la última década, la industria del automóvil ha cambiado tanto que un combustible como el diésel, que era muy apreciado por la mayoría de los conductores, hoy apenas representa menos del 10% de las ventas y apenas hay oferta en muchas marcas. Pero hubo un día en que una marca como Audi planeó lanzar un R8 diésel.

Seguramente, muy pocos imaginarían un superdeportivo con motor diésel, pero en la década de los 2000, cuando este carburante se encontraba en pleno apogeo, no era tan descabellado. 

Al menos para Audi. ¿Quién si no? Uno de los fabricantes que contribuyeron a su popularización, a finales de los 80, con la creación de la tecnología TDI en el mítico Audi 100.

audi r8

Cuando Audi quiso hacer un R8 diésel con motor W12 TDI

Tenemos que remontarnos al año 2008, cuando Audi presentó en el Salón de Detroit un espectacular prototipo del Audi R8 equipado con un motor V12 TDI. Por aquel entonces, el R8 era un recién llegado a un segmento en el que debutaba la marca alemana, donde estaban Ferrari, Lamborghini o Porsche.

Audi quería aprovechar su dominio en las 24 Horas de Le Mans, donde ese mismo año consiguió su tercera victoria consecutiva con el Audi R10 TDI (conseguiría una cuarta en 2009), logrando un hito en la historia de la carrera francesa y, en general, de la competición, al convertirse en el primer coche diésel en ganar la prueba de resistencia.

De modo que desarrolló dos versiones del R8 con motor diésel que exhibió en la cita de Detroit de 2008: el Audi R8 TDI Concept y R8 TDI Le Mans Concept. En realidad, los dos eran el mismo coche y las únicas diferencias eran meramente estéticas.

Aprovechando el tirón de Le Mans

Audi R8 diésel

Hasta ese momento, el motor diésel más ‘gordo’ del Grupo Volkswagen lo tenía el Touareg, con un V10 TDI de 313 CV. El R8 TDI Concept recurría a un V12 TDI de 6.0 litros que producía 500 CV y unos extraordinarios 1.000 Nm de par.

Unido a un cambio manual de seis marchas y doble embrague, anunciaba una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,2 segundos y una velocidad máxima de 300 km/h. Para poner en valor estos registros, el R8 V8 de gasolina con 420 CV aceleraba un poco más lento, en 4,6 segundos hasta los 100 km/h, pero alcanzaba una velocidad máxima idéntica.

Esta configuración implicó importantes problemas técnicos para los ingenieros de Audi, sobre todo, a la hora de ubicar el enorme bloque y gestionar su tremendo par, que suponía el atragantamiento de las cajas de cambios de aquella época.

La solución pasaba por desarrollar una caja de cambios específica, pero eso implicaba unos costes muy elevados que no cubrían las estimaciones de ventas. Así que la marca decidió abandonar la idea de llevar a producción un Audi R8 diésel. Eso sí, unido a los resultados en Le Mans, la operación de marketing de su tecnología diésel fue extraordinaria.

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