La Guardia Civil explica el truco más efectivo para bajar rápidamente la temperatura del interior del coche
Es verano, entras a tu coche y tienes la sensación de que hacen 50 grados dentro. En este artículo hablamos del truco del abanico. ¿Lo conoces? Te lo contamos.
Con la llegada del verano, los días soleados y las altas temperaturas se convierten en parte de nuestra rutina diaria. Sin embargo, este cambio de clima no sólo afecta a las personas, sino también a nuestros vehículos.
Cómo afectan las altas temperaturas a tu vehículo
El calor extremo puede tener un impacto significativo en el rendimiento y la seguridad de los coches, haciendo que sea crucial tomar medidas preventivas para evitar problemas inesperados. Uno de los principales problemas es el sobrecalentamiento del motor.
Las altas temperaturas exteriores pueden dificultar que el sistema de refrigeración del vehículo mantenga el motor a una temperatura óptima, lo que aumenta el riesgo de que se sobrecaliente y sufra daños graves.
Además, el calor puede afectar a otros componentes cruciales del coche. Los neumáticos, por ejemplo, son particularmente vulnerables. Las altas temperaturas pueden aumentar la presión del aire dentro de los neumáticos, lo que, combinado con el calor del asfalto, eleva el riesgo de reventones.
Es esencial revisar regularmente la presión de los neumáticos durante el verano y asegurarse de que estén inflados según las recomendaciones del fabricante. Otro aspecto a tener en cuenta es la batería del coche.
Aunque solemos asociar los problemas de batería con el invierno, el calor también puede ser un enemigo silencioso. Las temperaturas elevadas pueden acelerar la evaporación de los fluidos en la batería y dañar sus componentes internos, lo que podría reducir su vida útil.
Por eso, es recomendable revisar el estado de la batería antes de que comience la temporada de calor intenso. Además, el sistema de aire acondicionado del coche se convierte en un aliado indispensable durante el verano, pero también es susceptible al calor.
Formas de aliviar el calor de tu coche en verano
Seguro que esta situación te ha pasado alguna vez: llegas a tu coche y ves que le está dando el sol. No es que le lleve dando el sol media hora, sino que han pasado 4 horas. Abres las puertas y te invade un calor horrible.
Y no sólo eso, sino que entras y notas que el volante y que los asientos arden. Bajas las ventanillas con prisa, te separas del respaldo para no quemarte y esperas a que el climatizador haga algo con efecto inmediato. Pero sabes perfectamente que el proceso va a llevar un rato.
Seguir el recorrido del sol
En este sentido, hay varias maneras de aliviar el calor de tu coche. La primera de ellas es prestar atención al recorrido del sol cuando vayas a aparcar. Parece una locura, pero es realmente efectivo. Y sobre todo si aparcas el coche desde por la mañana y no lo piensas coger hasta la tarde.
Aunque a menudo aparcas donde puedes, y a veces es difícil prever qué lado de la calle quedará en sombra más tarde, en tu zona habitual de veraneo puede ser más fácil identificar qué calles y lados de la calzada pasan del sol a la sombra y cuándo, para tenerlo en cuenta al estacionar.
También es muy útil dejar las ventanillas entreabiertas unos cinco centímetros. No recomendamos hacerlo en una ciudad o en un lugar muy concurrido, pero puede ser una buena opción si te encuentras en un pequeño pueblo donde confíes en que nadie intentará entrar en tu coche.
Utilizar parasoles
Los parasoles son de gran ayuda, como demostró un estudio realizado por el RACC en 2022, en el que compararon las temperaturas de dos coches similares aparcados bajo el sol durante una hora. Aunque la temperatura exterior era de sólo 25 grados, el coche sin parasol alcanzó temperaturas interiores de hasta 43 grados, y en el salpicadero, las superficies llegaron a los 77 grados.
En cambio, el coche con parasol registró una temperatura interior de 32 grados, y la parte superior del salpicadero alcanzó solo 38 grados. Si esta diferencia es notable con 25 grados, imagina con más de 40 grados centígrados en el exterior.
Aunque el parasol ayuda mucho, no evita que el calor siga siendo extremo. Por ello, una solución rápida es ventilar el coche para expulsar el aire caliente acumulado. Se dice que abrir todas las puertas durante unos segundos ayuda a reemplazar ese aire por otro menos caliente, y es cierto, aunque el proceso puede ser algo lento.
El truco del abanico
Pero ahora vamos con un truco que igual no te esperas, o del que no has oído hablar. Recibe el nombre del truco del abanico. Hace unos años, un profesor japonés descubrió un método más efectivo, conocido como el 'truco del abanico'.
Éste consiste en bajar completamente la ventanilla del pasajero, dejar las demás cerradas, y abrir y cerrar enérgicamente la puerta del conductor cinco veces, como si estuvieras abanicando el coche. Esto crea un efecto de succión, expulsando el aire caliente cada vez que abres la puerta, mientras que el aire más fresco entra por la ventanilla del copiloto.
Con este truco, puedes reducir la temperatura interior del coche en unos 10 grados en aproximadamente 20 segundos, así que vale la pena intentarlo. Una vez dentro y en marcha, ya puedes usar el aire acondicionado o climatizador, asegurándote de que las ventanillas estén completamente cerradas para enfriar el habitáculo lo más rápido posible.
En los primeros minutos, activar la recirculación de aire ayudará a enfriar aún más el interior, ya que el sistema reutilizará el aire que ya ha enfriado para seguir bajando la temperatura. ¿Te esperabas este truco? Sea como sea, ¡ponlo en práctica, y a ver si te funciona!
Conoce cómo trabajamos en Autobild.
Etiquetas: Guardia Civil, Verano