El día después del GP España: La inconformidad de Lando Norris

Lando Norris fue elegido Piloto del Día del Gran Premio de España de Fórmula 1, a pesar de haber acabado la carrera en la segunda posición,  y de que en la salida se viese superado tanto por George Russell como por Max Verstappen, que terminó ganando. Pero Lando no estaba contento en el podio: sabía que la victoria era posible, y se le escapó.

Norris representa la ilusión de que lo que queda de temporada no se convierta en otro monólogo de Verstappen, que a pesar de no lograr la pole y de no haber dominado en las últimas carreras, sigue ganando. La de este domingo fue la cuarta batalla ajustada entre Norris y Max este año, como las de Miami, Imola o Canadá... y en tres de ellas se impuso Lando.

Norris, que tiene mucha menos experiencia que Max, y cuyo coche ya está a la altura del Red Bull, se ha convertido en el único piloto de la parrilla en luchar de 'tú a tú' consistentemente contra Verstappen, y eso es algo que hacía mucho tiempo que no veíamos, quizás desde los tiempos de batalla por el título entre Hamilton y el holandés.

Porque Charles Leclerc o Carlos Sainz, aunque han llegado a ganar una carrera cada uno, se han encontrado con un Ferrari irregular, que desde Mónaco no puede medirse ni a Red Bull ni a McLaren, lo que irremediablemente les ha hecho dar un paso atrás en la batalla por el Mundial. Ese lugar ahora lo ocupa Norris, segundo clasificado del campeonato de pilotos.

McLaren necesita dar un pequeño paso más

"El coche ha estado increíble, el problema es que yo no he salido bien...", así, después de la carrera, Lando Norris aceptaba su error de la arrancada del GP de España, donde se vio superado por Verstappen y por Russell. Después, a pesar de ir tercero, optó por realizar una estrategia a pie cambiado que le obligó a remontar varios puestos.

La ejecución de Lando fue brillante, adelantando a diestro y a siniestro, a pilotos como Lewis Hamilton o George Russell, para volverse a colocar solo tras Verstappen y con neumáticos nuevos. El británico llegó a rodar a tres segundos del holandés antes de las segundas paradas en boxes, y tras éstas, conseguiría rebajar la nueva diferencia de ocho segundos hasta apenas dos.

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El ritmo del McLaren MCL38 en Barcelona fue, indudablemente, el mejor de la pista. Para muestra, Norris acabaría llevándose la vuelta rápida de la carrera. 

El problema es que para batir al binomio Verstappen-Red Bull, todo desde la vuelta uno hasta la última, ha de ser perfecto. No vale con tener un coche un poco más rápido, hay que dar un golpe sobre la mesa, porque Verstappen está muy por encima del resto.

El piloto holandés, aunque su coche ahora no arrase, sigue estando a un nivel excepcional, como refleja los nada menos que 59 segundos que le endosó a su compañero, Checo Pérez. Y en Red Bull, un equipo que lleva cinco campeonatos (de pilotos y constructores seguidos), todo va rodado cuando se trata de luchar por el título.

En McLaren, en cambio, hace falta un esfuerzo superior. Son ellos los que tienen que dar caza al actual líder y campeón; al equipo que tiene los mejores ingenieros, mecánicos y al mejor piloto. Pero, eso sí, el equipo de Zak Brown está más cerca que de lo que lo ha estado nadie en los tres últimos años de batir al todopoderoso Red Bull.

Como vimos el año pasado y también antes del Gran Premio de Miami - donde ganó Norris, precisamente - en McLaren saben cómo desarrollar nuevas piezas que, nada más introducirse en el monoplaza, funcionan a las mil maravillas. Son esas décimas extra, en forma de una nueva evolución, las que McLaren y Norris necesitan para ser capaces de derrotar regularmente a Red Bull y Verstappen.

Porque, para luchar, ya están preparados, lo que pasa es que en Red Bull ya están acostumbrados a rozar la perfección carrera a carrera...