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La DGT ha dejado sin etiqueta a todos estos coches que realmente tienen derecho a ella

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Hace años que se implantó el sistema de etiquetas medioambientales de la DGT, pero no ha sido hasta 2023 cuando ha cobrado especial relevancia ante la implantación (que está todavía en proceso) de todas las nuevas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en aquellas poblaciones que tienen más de 50.000 habitantes.

Muchos conductores que antes no prestaron atención porque las etiquetas de la DGT no influían para nada en su día a día, ahora se interesan por ellas, puesto que se encuentran con limitaciones de movilidad hasta ahora inéditas. Es por eso que muchos se sorprenderán al saber que la DGT ha dejado sin etiqueta a todos estos coches que realmente tienen derecho a ella.

 

¿Cómo es esto posible? Es un problema que se arrastra desde la misma implantación de las pegatinas medioambientales y obedece, sencillamente, al método que uso la DGT para hacer públicos los requisitos que delimitaban cuál tocaba a cada coche.

La Dirección General de Tráfico lo comunicó haciendo referencia a las fechas de matriculación, cuando en realidad para tener uno u otra lo que importa en realidad es conforme a qué normativa Euro de emisiones se haya homologado el vehículo.

Los criterios conocidos por todos

De esta manera, se ha dado lugar a una clasificación que todo el mundo, más o menos, ya tiene clara:

  • Etiqueta CERO: coches eléctricos, coches de hidrógeno y coches híbridos enchufables con más de 40 kilómetros de autonomía
  • Etiqueta ECO: PHEV con menos de 40 km de alcance eléctrico, coches híbridos autorrecargables, coches microhíbridos, de GLP y GNC
  • Etiqueta C: coches de gasolina matriculados después de 2006 y diésel después de 2014
  • Etiqueta B: coches de gasolina matriculados entre 2001 y 2006, y diésel entre 2006 y 2013

Sin embargo, en realidad es posible que vehículos matriculados en fechas diferentes tengan derecho a una etiqueta distinta, puesto que la clave no radica en cuándo fue matriculado, si no de acuerdo a qué normativa de emisiones fue homologado su motor.

Esto significa que es posible que vehículos matriculados en fechas anteriores a las mencionadas sí que merezcan una etiqueta medioambiental, así como que algunos que entre en las horquillas de tiempo establecidas, en realidad monten un motor más antiguo y no deban tenerlas.

El quid de la cuestión

Esto lleva sabiéndose desde que se estableció la normativa, pero ahora es cuando adquiere nueva relevancia, puesto que hay muchos conductores que se han quedado sin etiqueta (y, por ende, ven limitada su movilidad) pero que, en realidad, deberían tenerla en su coche.

Así, lo importante es lo que se dice al respecto en el BOE: “d) Vehículos B: Vehículos M1 y N1 clasificados en el Registro de Vehículos como gasolina Euro 3/III o diésel Euro 4/IV o 5/V.”

Esto deja claro que para obtener la etiqueta B, que es la esperanza de los coches más antiguos, el criterio es que sea un automóvil de gasolina que cumpla la Euro 3 o uno diésel que haga lo propio con la 4 o la 5. 

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Esto hace que muchos coches que fueron matriculados al límite (gasolina del 2000 o diésel del 2005) si que cumplan la normativa y, por ende, les corresponda la etiqueta B.

Para ello los conductores tiene que solicitar que recataloguen su automóvil en la Jefatura de Tráfico, pero para ello antes tienen que haber conseguido un certificado emitido por el fabricante en el que figure cuál fue la normativa de emisiones según la que fue homologada el coche. 

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