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Un conductor destroza varios Citroën a 110 km/h para comprobar la evolución de seguridad de los coches de la marca

Un conductor destroza varios Citroën a 110 km/h para comprobar la evolución de seguridad de los coches de la marca

Claudia Pacheco

Un especialista destroza dos Citroën para demostrar cómo ha evolucionado la seguridad de la marca.

Un conductor ha conseguido que se vuelva a hablar de Francia, aunque en este caso no se debe a la celebración de los Juegos Olímpicos de París. Pascal Dragotto es especialista en accidentes y se encarga de realizar pruebas de choque de automóviles para mejorar la seguridad vial, aunque también lo hace por diversión.

El conductor francés ha utilizado un Citroën DS y un vehículo antiguo de la misma marca. Dragotto ha grabado el impacto con 19 ángulos de cámara para montar un vídeo que posteriormente ha publicado en su canal de YouTube.

Pascal Dragotto ha conducido un Citroën a 110 km/h haciendo que impacte contra otro vehículo, pero todo estaba bajo control. El conductor trabaja en la Delegación para la Seguridad Vial y el Tráfico (DSCR) de Francia, equivalente a la Dirección General de Tráfico (DGT) de España. 

La idea de chocar varios Citroën no fue suya, sino de su hijo Kevin de 18 años. El joven asistió con su padre a un espectáculo de pruebas de choque y acrobacias cuando tenía 10 años y el coche llamó tanto su atención que destrozarlo se convirtió en su sueño.

Un accidente con un año de preparación detrás

Pascal Dragotto y su hijo planearon este impacto durante un año en un lugar seguro y con coches especiales, que tampoco eran baratos. El Citroën DS de 1968 estaba en mal estado y costó 800 euros y el Citroën DS3 de 2010 fue una donación.

La familia Dragotto trabaja en el sector de la seguridad vial y sabían lo que hacían. La finalidad era mostrar la evolución de la marca francesa en cuanto a seguridad. El vídeo no deja lugar a dudas y demuestra que el coche moderno tiene una mejor absorción de impactos hasta el punto que el DS3 atraviesa al DS sin problemas

Seat Ibiza

Pascal y Kevin estaban dentro del Citroën DS3 en el momento del impacto. El padre se encargó de construir una jaula y una barra antivuelco, eliminó los asientos originales para instalar unos de competición con arneses e instaló una red de seguridad detrás del parabrisas. 

Ambos llevaban cascos con protección total y trajes de competición y los servicios de emergencia estaban cerca del lugar, aunque no tuvieron que recurrir a ellos. La historia tuvo final feliz y padre e hijo salen del coche sin problemas.

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Etiquetas: Accidentes de coches, Espectáculos, seguridad vial