Barcelona acumula decenas de autobuses eléctricos sin poder cargar
Cuentan medios locales de la ciudad condal que en las cocheras de la Zona Franca 'duermen' entre 40 y 50 autobuses eléctricos sin que haya planes de que empiecen a funcionar, al menos de forma inmediata. Todo apunta que el empresa municipal no tuvo en cuenta que para que funcionen necesitan puntos de recarga...
Medios locales denuncian que medio centenar de autobuses eléctricos permanecen estacionados en Barcelona desde hace meses sin empezar a prestar servicio. Y todo apunta a que es por una razón: no hay puntos de recarga para ellos.
Cuentan diarios catalanes como Metrópoli Abierta que "entre 40 y 50 buses eléctricos estarían almacenados sin posibilidad de dar servicio a los ciudadanos" en las coches del Triangle, en la Zona Franca de Barcelona.
Barcelona es una de las ciudades españolas que más firmemente ha apostado por reducir las emisiones contaminantes derivadas del tráfico en sus calles. Cuenta con una de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) más amplias y mejor organizadas (un perímetro acotado bajo la denominación de Área Metropolitana de Barcelona) y su consistorio ha adquirido una amplia flota de autobuses cero emisiones para descarbonizar el transporte público.
El problema parece ser que la compra de vehículos no ha estado acompañada de la necesaria inversión en puntos de recarga.
Decenas de autobuses eléctricos parados en Barcelona
Las informaciones locales señalan que los autobuses eléctricos fueran adquiridos por TMB, la empresa que se encarga de la gestión del transporte público en la ciudad condal.
Los vehículos son de la marca Solaris (filial del grupo CAF) y fueron adquiridos entre los meses de julio y agosto del pasado año con el objetivo de renovar la flota de autobuses que prestan servicio en Barcelona y que ya suman unos cuantas décadas de antigüedad.
Dado que son vehículos de uso público deben superar la inspección técnica una vez al año por lo que los mentideros de la ciudad aseguran que hay unidades que ya han pasado por las pruebas a pesar de que no han recorrido apenas kilómetros.
Y lo peor es que no parece que la solución sea tan sencilla como instalar un par de cargadores en las cocheras. La empresa municipal de transportes de Barcelona ha comprado vehículos a diferentes fabricantes y cada uno precisa de un punto de recarga específico.
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