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Alemania estudia suavizar los aranceles de Europa a los coches chinos por miedo a que sus fabricantes salgan perdiendo

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Sería uno de los países europeos más afectados.

La Comisión Europea anunció la semana pasada su decisión: aranceles de hasta el 38,1% para los fabricantes de coches chinos eléctricos a partir de julio. El movimiento puede traer consigo bastantes consecuencias y no todo el mundo está de acuerdo con la conclusión, como es el caso de Alemania, que tiene más que perder que otros países europeos en esta situación.

Fue primero Reuters quien recogió el hecho de que, a nivel interno, las autoridades alemanas consideran que es necesario que China haga un movimiento para buscar una solución amigable a la situación, ya que en caso contrario puede haber una escalada del conflicto económico en la que prácticamente todos salgan perdiendo.

Un portavoz del gobierno del canciller Olaf Scholz, declaró: “Sería muy deseable llegar a una solución amistosa, pero también está claro que se necesita un movimiento serio por parte de China”.

A esto se sumaba Volker Wissing, Ministro de Transporte de Alemania, quien apunta que “nadie quiere una guerra económica con China”.

 

Es cierto en términos generales para toda Europa, puesto que el país asiático, de tomar medidas similares, podría afectar de manera contundente al mercado europeo, más allá del obvio hecho de que los ciudadanos de a pie podrían despedirse de acceder a un coche eléctrico barato, pues actualmente son los chinos los más asequibles.

Sin embargo, la situación es especialmente peliaguda para Alemania, puesto que, si China responde con medidas similares, son los fabricantes de coches alemanes los que podrían sufrir más las consecuencias de la respuesta.

Según apunta Bloomberg, representantes de Alemania, la Unión Europea y China han mantenido reuniones confidenciales en Berlín con el objetivo de llegar a un acuerdo antes del 4 de julio, cuando se harán efectivas las nuevas medidas, buscando un terreno común ya que todas las partes implicadas estarían dispuestas a realizar concesiones.

Es algo de particular interés para el país germano, por varias razones. La primera es el hecho de que algunos de sus fabricantes, como Mercedes y Volkswagen, operan plantas en China

Esto hace que los nuevos aranceles puedan afectar a sus vehículos de una manera parecida a como le ha ocurrido a Tesla, que ya ha anunciado que prevé un aumento de precio para el Tesla Model 3, el único de sus coches que fabrica en China, para los mercados europeos. 

La segunda razón radica en que el mercado chino es uno de capital importancia para muchas marcas alemanas, especialmente para las premium, que exportan gran cantidad de los vehículos que producen al país asiático, donde este tipo de automóviles gozan de una gran aceptación (incluso se hacen versiones de batalla extendida específicas para allí).

Solo hay que mirar los datos: en 2023 Alemania exportó 216.999 unidades a China, cifra notable, pero que fue un 15% inferior a 2022.

En el caso de que el gobierno chino decidiera responder a las medidas europeas estableciendo sus propios aranceles, los resultados comerciales de dichos fabricantes podrían verse afectados seriamente.

De hecho, la cámara de comercio china anunció que estaría preparada para imponer unos aranceles del 25% para los coches importados con motores grandes, lo que supondría un aumento considerable del precio de venta que afectaría negativamente a las ventas.

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Etiquetas: Unión Europea