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50 años del Porsche 911 Turbo: el 'creador de viudas' que hizo historia

Porsche 911 Turbo (930)
Foto del redactor Sergio RíosFoto del redactor Sergio Ríos

Hace 50 años que llegó el primer Porsche 911 Turbo y hoy recordamos su origen, sus generaciones y comprobamos cómo ha evolucionado al volante de dos unidades: el 930 original y el actual 992.

El Porsche 911 Turbo cumple 50 años, y con él, toda la gama turbo de la firma alemana. La llegada de aquel deportivo supuso un antes y un después en la historia de la marca y hoy recordamos la historia y la evolución de una variante del deportivo de Porsche que se ha terminado convirtiendo en una de las más codiciadas. 

Fue en 1974 cuando el primer Porsche 911 con motor turbo definitivo se desveló al público en el Salón de París, pero lo cierto es que su origen no está ahí. En el Salón de Frankfurt de 1973 se desveló por primera vez esta idea con una unidad que sirvió como adelanto y, aunque no llegó la versión de producción a las carreteras hasta 1975, ya hubo un ejemplar que pisó las calles.

Louise Piëch, hermana de Ferry Porsche, cumplió 70 años el 29 de agosto de 1974. Sin duda, era un día importante y su hermano le preparó un regalo muy especial: un 911 configurado especialmente para ella y que, en realidad, fue el primer 911 Turbo en circular libremente.

Había varios detalles específicos en el apartado estético que identificaban a esta versión, como la tapicería de tartán y el parabrisas sin ningún tipo de tintado, ya que Louise era una amante de la pintura y quería apreciar sin filtros los colores de los paisajes austríacos que vería al conducir, para posteriormente pintarlos.

Junto a esto, había otra peculiaridad de este 911 Turbo: su carrocería, que no tenía los pasos de rueda ensanchados y que mostraba en la trasera la inscripción 'Carrera'. Eso sí, montaba en la trasera un motor turbo de 2,7 litros que rendía 240 CV. Nada mal para la época, aunque pronto este ejemplar se vería superado.

A pesar de lo especial de esta unidad, por su historia y por el hecho de ser un coche único, el Porsche 930 Turbo que llegó al público finalmente mejoraba sus cualidades y suponía la culminación de la investigación de una tecnología que la firma de Stuttgart había realizado desde los comienzos de la década de 1970. Fue, sin duda, un coche que supuso un antes y un después.

La idea era ofrecer unas prestaciones muy superiores a las ya conocidas y la mecánica turbo lo hizo posible. En este caso con un motor seis cilindros de 3 litros y 260 CV, este deportivo era capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos y de alcanzar los 250 km/h. Fue el coche de producción más rápido de Alemania en su momento y recibió el apodo del 'creador de viudas'.

Por supuesto, este no era un coche fácil de conducir. A pesar de su chasis modificado, su suspensión más rígida y sus barras estabilizadoras mejoradas, el motor ofrecía una patada notable y había que controlar bien para mantener la estabilidad en las curvas. De hecho, fue un modelo imponente en los años 70, pero lo sigue siendo en 2024.

Lo primero es acostumbrarse a su tacto, claro, ya que no tiene nada que ver con el de un coche moderno. Los pedales están ligeramente colocados a la derecha, la palanca de la caja de cambios de cuatro marchas tiene unos recorridos largos, la dirección no es súper precisa y los frenos tienes que pisarlos con ganas si quieres que realmente cumplan su cometido. 

Sin duda, no es un coche tan cómodo de conducir como uno moderno, pero no deja de ser adictivo. Una vez que te acostumbras a su tacto, todo se vuelve más sencillo y puedes disfrutar de lo que te ofrece. A revoluciones convencionales, el 930 Turbo es dócil, pero a partir de 4.000-5.000 rpm entra en acción el turbo y percibes una respuesta que sigue llamando la atención.

Con un peso mucho menor al de los coches actuales, este primer 'nueveonce' turbo se mueve de maravilla con sus 260 CV y el propio sonido del motor ayuda a completar una experiencia difícil de igualar. Por supuesto, es más fácil ir rápido en un coche de 2024, pero aquí tienes que esforzarte más y todo es mucho más satisfactorio.

50 años de evoluciones

Así, esta primera generación se mantuvo hasta 1989 y llegó a ofrecer unos nada despreciables 300 CV, si bien su evolución llevó más allá las capacidades de esta variante. Con la generación 964, el 911 se convirtió en un coche mucho más avanzado y también fue así en esta configuración, que montó un motor de 3,3 litros con 320 CV en su origen.

Si bien esta cifra de potencia era más que aceptable y el rendimiento siguió sorprendiendo, más adelante se llegó a los 355 CV y hasta los 381 CV en el Turbo S. Asimismo, en 1993 se colocó un motor mayor de 3,6 litros, con 360 CV que acabaron ascendiendo a 385 CV años después. SIn duda, un gran salto respecto del 930.

Por supuesto, esta tendencia no se rompió con la generación 993, donde se encuentra el último 911 Turbo refrigerado por aire. Aquí se mantuvo el motor de 3,6 litros, pero se asoció a un sistema de tracción a las cuatro ruedas y llegó con 408 CV. Eso sí, esto no fue nada, ya que en su vida comercial alcanzó los 450 CV y permitió llegar a los 300 km/h.

Aquella cifra supuso una barrera superada para el 911 Turbo y la generación 996 no volvió atrás, con 305 km/h de velocidad máxima. Eso sí, aquí se encontraba un motor de 3,6 litros biturbo con 420 CV, si bien en los 2000 se logró volver a aquellos 450 CV que sí llegó a ofrecer su antecesor.

Años después, la generación 997 dio otro paso más, con ese motor 3,6 litros biturbo que escaló a los 480 CV, pero que fue posteriormente sustituido por un bloque de 3,8 litros asociado a un cambio manual o automático PDK y con 500 CV de potencia. El Turbo S, eso sí, llegó a unos sorprendentes 530 CV.

Esta potencia no fue igualada por la variante 991, cuyo motor de 3,8 litros ya no contaba con la opción del cambio manual y llegó con 520 CV (aunque el Turbo S ofrecía 560 CV). Aun así, como es evidente, evolucionó y la potencia creció hasta los 540 CV, hasta los 580 CV en el Turbo S y hasta los 607 CV en los modelos Exclusive Series.

Es así como llegamos al último capítulo de esta historia hasta la fecha, con el 992 Turbo, llegado en 2020 y movido por un motor de 3,7 litros con 580 CV y 650 CV en el Turbo S. Sin embargo, es el Turbo convencional el que hoy nos ocupa, con una velocidad de 320 km/h y una muestra de lo mucho que ha evolucionado esta variante en 50 años.

Si bien el 930 era veloz y emocionante, pero a veces poco preciso y peligroso, el 992 deja patente la madurez del deportivo alemán. Por supuesto, sigue siendo endiabladamente rápido y hundir el pie derecho es una experiencia de la que nunca te vas a cansar, pero ya no es una inyección de adrenalina con un gran componente de peligro.

En lugar de eso, el actual 911 Turbo ofrece un control espectacular, con una estabilidad innegable en curvas y una dirección inmediata en todo momento. Todo esto se suma a un motor que siempre tiene algo más que ofrecer y a un cambio PDK que, si bien no es tan especial como uno manual, ofrece un funcionamiento tan bueno que hace que no lo vayas a echar de menos.

Por supuesto, esto hoy no sorprende, ya que nadie duda de las cualidades del deportivo de Porsche y de esta versión. Sin embargo, no habríamos llegado hasta aqui sin la evolución que se ha dado durante 50 años y sin ese 930 Turbo que, si bien no todos podían domar, abrió la puerta a unas versiones que se han convertido en un icono de la historia de uno de los coches más emblemáticos del planeta.

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Etiquetas: Coches deportivos, Motor