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5 coches diésel deportivos que casi nadie conoce

coches diésel deportivos

Aunque ya no se estilan.

Por norma general cuando se habla de un coche diésel se hace haciendo referencia su longevidad, a lo poco que consumen, al gran par motor que tienen… pero siempre como contraposición a lo que es un deportivo “como debe ser”. Sin embargo, a lo largo de la historia el gasóleo ha hecho sus pinitos en este campo, como demuestran estos 5 coches diésel deportivos.

Ford Focus ST

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Actualmente no ofrece esta opción, pero en su día (hace apenas un lustro), junto a las variantes de gasolina, la versión más deportiva del Ford Focus también estaba disponible con una mecánica diésel.

Hay que admitir, eso sí, que se encontraba un escalón por debajo del ST gasolina, pero aún así ofrecía un rendimiento muy digno para un hot hatch compacto. 

 

Bajo el capó contaba con un motor 2.0 EcoBlue que desarrollaba una potencia de 190 CV y 400 Nm de par máximo. Podía combinarse con una caja de cambios manual de seis velocidades o con una automática de siete, y era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos. Contaba incluso con diferencial delantero.

Peugeot RCZ

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Cuesta imaginarse a la Peugeot actual desarrollando un deportivo, y mucha más que se tratara de un deportivo diésel. Sin embargo, hace década y media la situación era muy distinta e incluso una marca generalista podía embarcarse en una aventura como la que era el Peugeot RCZ, que a día de hoy podría considerarse una locura.

El francés, de corte coupé, con un aspecto muy deportivo y con un interior de configuración 2+2 en el que las plazas traseras eran bastante testimoniales, disfrutó a lo largo de su corta trayectoria de varias mecánicas, la mayoría de gasolina y de hasta 200 CV de potencia.

Sin embargo, en su oferta también se incluyó una alternativa diésel, que montaba un motor 2.0 HDi que desarrollaba 163 CV y 340 Nm de par. Se asociaba a una transmisión manual de 6 velocidades y a un sistema de tracción delantera, combo gracias al que pasaba de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos y lograba una velocidad máxima de 220 km/h.

Volkswagen Golf 

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Tradicionalmente la deportividad se asociaba al Golf exclusivamente con el apellido GTI, pero de un tiempo a esta parte la cosa ha dejado de ser así. No solo ha aparecido el Golf R por encima, si no que, además, está disponible la versión híbrida enchufable GTE e incluso, aunque ya no, una variante con el mismo enfoque, pero movida por un bloque de gasóleo, el Golf GTD.

En su última entrega, que vio la luz en 2020, montó el motor más potente de su trayectoria, un bloque 2.0 TDI de cuatro cilindros que desarrollaba 200 CV y 400 Nm de par máximo. Únicamente podía asociarse a una caja de cambios automática DSG de 7 marchas, gracias a lo que aceleraba de 0 a 100 km/h en 7,1 segundos y alcanzaba los 245 CV de velocidad máxima.

Bentley Bentayga

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Admitimos las posibles quejas por meter un SUV en una lista de deportivos, pero lo cierto es que en este caso hablamos de un todocamino diésel (fue el primer modelo con motor de gasóleo de la historia de Bentley) que contaba con una buena artillería bajo el capó.

Aprovechando sinergias de grupo, la firma tomó prestada la mecánica del Audi SQ7 TDI, que podría estar en este listado también, pero que no vamos a meter por no “duplicar” modelos.

Eso significa que contaba con un motor 4.0 V8 TDI biturbo con tecnología microhíbrida (así que era un ‘animalito’ de gasóleo con etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico), combinación que servía para desarrollar 435 CV de potencia y 900 Nm de par máximo.

Combinado con una transmisión automática ZF de 8 relaciones y con un sistema de tracción integral, era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y de alcanzar una velocidad máxima de 270 km/h.

Porsche Panamera 

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Actualmente Porsche solo lo vende con motores de gasolina y en versiones con un alto grado de electrificación, pero en entregas anteriores el Panamera también estuvo disponible con mecánicas de gasóleo que resultaron en un gran turismo de altas prestaciones que, además, tampoco asaltaba tanto la cartera, ya que alargaba los tiempos entre repostajes.

El primero en llegar fue el Porsche Panamera Diesel a secas, que tomó prestado su motor del A6 de la época: un bloque V6 TDI que desarrollaba una potencia de 250 CV. Puede parecer algo justo desde el prisma actual, pero le permitía acelerar de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos y alcanzar 242 km/h de punta.

Sin embargo, el plato gordo llegaría en la segunda generación, en la que se estrenaría el Porsche Panamera 4S Diesel, que fue el diésel más potente de la marca hasta la fecha. 

Montaba un motor 4.0 V8 que entregaba 422 CV y 850 Nm de par máximo, suficiente para acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y marcar una punta de 285 km/h, todo ello homologando un consumo de tan solo 6,7-6,8 l/100 km.

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Etiquetas: Diésel