¿Cómo limpiar el radiador de tu coche? ¡Aprende y ahorra!
Tanto en épocas de calor como de frío, es muy importante que el sistema de refrigeración esté totalmente a punto. Y a veces, el circuito no está en condiciones óptimas y se pueden producir muchos problemas a corto y largo plazo. Pero ¿sabes cómo limpiar el radiador de tu coche? Aprende y ahorra un buen dinero dejando a punto este importante elemento sin tener que cambiarlo... ¡y evita averías!
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Antes de nada, lo suyo es conocer cómo funciona este sistema.
El radiador es el núcleo de un circuito que tiene la misión de contribuir a que la temperatura del motor sea la óptima cuanto antes y durante el mayor tiempo posible, con el fin de que los pistones se desplacen por los cilindros bien lubricados, hagan su trabajo sin perder rendimiento, sin rozar entre sí (gripaje) y sin que sufran las juntas y los retenes por estar sometidas a más o menos grados de la cuenta.
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Así, el sistema de refrigeración se compone de:
- Radiador. Presenta una estructura metálica en la que el fluido debe zigzaguear por su interior. Su diseño de celdillas hace que por el exterior reciba la corriente de aire propia del flujo aerodinámico y disipe el calor del motor lo antes posible.
- Manguitos de entrada y salida al bloque, desde el radiador.
- Bomba de agua, que impulsa el fluido desde dentro del radiador, por los manguitos y por el bloque.
- Termostato, que es una válvula que deja pasar el líquido o lo retiene en función de la temperatura.
- Vaso de expansión: para que con el calor, al aumentar de volumen el fluido, el circuito tenga espacio extra y no se produzcan grietas, fugas o reventones.
- Ventilador: aunque antiguamente podían estar en continuo movimiento asociados al giro del propio motor mediante piñones o correas (lo que se denominaba ventilación forzada y era típico en coches con motor trasero que por su posición no se beneficiaban apenas del flujo aerodinámico), hoy lo habitual es que sean 'electroventiladores', de tal manera que las aspas se muevan mediante un motor eléctrico sólo cuando la temperatura empieza a ser excesiva.
El radiador es un recipiente en el que la temperatura de lo que contiene se enfría de tres maneras. Mediante:
- Aire: el flujo aerodinámico entra en contacto con él y ayuda a bajar unos grados la temperatura del fluido que contiene el radiador.
- Anticongelante/refrigerante: el fluido que contiene presenta una temperatura de ebullición y congelación más amplia que el agua (que es de 0ºC y 100ºC, respectivamente), con lo que evita que el circuito se congele a bajas temperaturas y hierva a altas.
- Aceite: en ocasiones, hay motores cuyo sistema de refrigeración se basa en radiadores que no contienen 'agua' (anticongelante/refrigerante), sino aceite.
Igual que puede haber motores de coches con ventilación forzada (el mítico Seat 600, por ejemplo), también han existido refrigerados sólo por aire (Citroën 2CV) o sólo por aceite, en este práctico nos centraremos en los motores más convencionales, refrigerados por 'agua' (anticongelante/refrigerante) y aire.
Pero ¿qué pasa cuándo un radiador está sucio?
Con el tiempo, el radiador puede contener sedimentos, propios de la falta de uso (recuerda siempre que los líquidos se estropean con el tiempo y dejan residuos, especialmente, si se quedan un tiempo estancados, sin circular), de un producto de mala calidad o de que el circuito de refrigeración no sea estanco (envejecimiento de manguitos, abrazaderas mal ajustados), plaza de aparcamiento a la intemperie o un garaje con demasiada humedad, óxido...
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Es entonces cuando el radiador (ni el sistema al que pertenece) cumplen bien su cometido y la temperatura del motor no es la óptima. Y esto es algo que puede verse agravado porque esos residuos acumulados en el radiador pueden acabar dañando los rotores de la bomba del agua, obstruyendo manguitos y termostatos...
Generalmente, esto traduce en que la aguja de la temperatura sube por encima de lo normal, por lo que se incrementa el riesgo de calentones, gripajes, juntas de culata quemadas...
¿Cómo limpiar el radiador de tu coche?
Por eso, antes de llegar a males mayores, es recomendable asegurarse de que el radiador esté limpio por su interior, por donde no se ve.
Para ello, existen productos específicos (este que ves aquí cuesta unos 10 euros) que actúan sin que sea necesario desmontar nada ni sustituir el sistema:
- Abre el tapón del radiador, en frío y con mucho cuidado, para que no salte el líquido que contiene, te abrase y/o ponga todo perdido.
- Vierte la cantidad de producto indicada en función del tamaño del radiador (detrás del bote tienes las proporciones exactas que has de manejar).
- Cierra el tapón superior del radiador.
- Arranca el motor y, con la calefacción encendida, mantenlo al ralentí unos 30 minutos.
- Apaga el motor y déjalo enfriar.
- Quita el tapón inferior del radiador para que se drene todo el anticongelante/refrigerante usado junto al producto, en una cubeta que luego puedas recoger, meter en un bidón y llevar al punto limpio.
- PRECAUCIÓN: en esta operación debes tener mucho cuidado con no quemarte ni al manipular el tapón ni si hay riesgo de que el líquido te salte.
- Vierte agua limpia para aclarar el radiador sin encender el motor hasta que chorree bien por debajo y desaparezca en la cubeta totalmente.
- Cierra el tapón inferior (a veces es necesario poner uno nuevo, con su junta a estrenar).
- Rellena todo el radiador por el tapón con anticongelante/refrigerante nuevo. Luego, remata la faena nivelando el vaso de expansión (el nivel debe estar en el máximo, sin pasarte).
- Cierra el tapón superior y arranca de nuevo unos minutos para verificar que no haya fugas.
Etiquetas: ahorro, Mantenimiento del coche, Aprende con Auto Bild
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