Logo Autobild.es

Fórmula 1: GP Alemania 1976. El infierno de Niki Lauda

Niki Lauda Ferrari Alemania 1976

José Armando Gómez

El GP de Alemania de 1976 quedó marcado por el terrible accidente que sufrió Niki Lauda en el viejo trazado de Nürburgring. Fue la última carrera de F1 que se disputó allí y el austriaco quedó marcado de por vida por las quemaduras. El 'Infierno verde' también fue cruel en su despedida.

[[{"type":"media","view_mode":"media_original","fid":"1915","attributes":{"alt":"","class":"media-image","height":"352","typeof":"foaf:Image","width":"600"}}]]

Un total de 40 monoplazas se presentaron a la clasificación para disputar el GP de Alemania de 1976 sobre los tortuosos 20 kilómetros 'y pico' del viejo circuito de Nürburgring. Solo 25 lograron un tiempo suficiente para disputar la carrera aquel inolvidable 1 de agosto.

Niki Lauda tenía todo a su favor para lograr el segundo título consecutivo de Campeón del Mundo con Ferrari. Había ganado cuatro de las seis primeras carreras y terminó segundo en las otras dos. Su ventaja con el siguiente clasificado, el sudafricano Jody Scheckter, era de 61 puntos cuando ya se había pasado el ecuador de la temporada (el GP de Alemania era la décima carrera de un calendario con 16 citas).

Niki Lauda ocupaba la tercera posición en la parrilla de salida, por detrás del McLaren de James Hunt y del Ensing-Ford de Chris Amon. La carrera comenzó y los monoplazas se adentraron en el frondoso bosque en el que se esconde el trazado de Nürburgring. El Gran Premio se disputaba a 14 vueltas y fue en la segunda, en la curva de Berwek, donde Niki Lauda perdió el control de su Ferrari 312T2 y se estrelló contra el muro. El monoplaza se incendió al instante y en medio del caos fue envestido por otro coche. Incluso se había roto su casco. Cinco espectadores, un policía y los pilotos Harald Ertl, Guy Edwards y Arturo Merzario socorrieron a Lauda en aquellos dramáticos momentos.

Lauda fue trasladado al hospital con diagnóstico grave, con quemaduras de primer grado en la cabeza y las manos, varios huesos rotos y una intoxicación por inhalación de gases. Ya en el hospital, el piloto recuperó el conocimiento escuchando las palabras de un cura que le daba la extremaución.

Lauda había salvado la vida de milagro, lo que nadie podía esperar es que fuese a intentar salvar también su campeonato. Seis semanas después del accidente que sufrió en aquel GP de Alemania de 1976 (la victoria fue para Hunt), Lauda volvió a competir en Italia, con unos aparatosos vendajes en la cabeza que le obligaron a rebajar el acolchado de su casco y que aparecieron llenos de sangre al final de la carrera. El piloto de Ferrari había terminado en cuarta posición en su regreso. 

Después de aquello, fue octavo en Canadá, tercero en EEUU y perdió el título en lo que acabó llamandose 'la traición de Mont Fuji', en la última carrera, en Japón. Aunque eso ya es otra historia...

Lauda sería campeón del mundo al año siguiente y, más tarde, en 1984, marcado de por vida por las secuelas de aquel accidente en 1976. Sin embargo, el viejo Nürburgring no volvería a la F1 hasta el estreno del trazado moderno en 1985.

Por cierto, en septiembre se estrenará la película 'Rush' en la que el director Ron Howard ha recreado magistralmente lo que ocurrió en aquella temporada de 1976 entre Lauda y Hunt.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.